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lunes, 11 de agosto de 2014

POLVO DE ESTRELLAS


"PARQUE MONCEAU POR LA NOCHE"
De Mihaly Munkacsy



"Toda revolución fue una vez un pensamiento que cruzó la mente de una persona; cuando ese pensamiento se le ocurrió a una segunda persona se abrió una nueva era. Toda reforma fue un día una opinión privada y cuando vuelva a serlo resolverá el problema de su tiempo." 
(Frase de María de Maeztu, sacada del libro "La Conspiración de las Lectoras" de José Antonio Marina y Mª Teresa Rodríguez de Castro).






En estos días se habla de las Perseidas. Esas estrellas fugaces que parecen desprenderse del cielo a toda velocidad. El verlas caer es todo un espectáculo de belleza. Pero en realidad hay algo de dramático en ello. Lo que se contempla en ese momento, es la muerte. Algo que se convierte en polvo, y que en su último instante, nos regala su más bello brillo. Para poderlo contemplar en todo su esplendor, hay que alejarse de los lugares excesivamente iluminados por luces artificiales.

Ayer estuve viendo el programa Millenium en la segunda cadena de la televisión pública. Me quedé porque, por casualidad, me había enterado que el tema del programa de ayer era: La Deshumanización.
Entre los invitados del programa, todos ellos, personas de amplio conocimiento, (había una historiadora, un científico, un humanista), estaba Lluis Duch un teólogo y antropólogo, además de religioso. Se definió como un defensor del espíritu crítico. Entre otras cosas dijo que había que estar alerta de ciertas sombras perturbadoras tales como los totalitarismos.  De ahí, declaró, la importancia de defender las Humanidades, que se han ido haciendo desaparecer en favor de conocimientos más técnicos. Y defendió valores como la tolerancia y la ética.

Hace unos días me encontré en una céntrica calle de Burgos a dos jóvenes de Greenpeace con los que estuve intercambiando opiniones. Me hablaron de los lugares donde miembros de esta organización estaban haciendo oir sus protestas, en contra de todos los abusos y ataques por parte de políticos de diferentes ideologías, y multinacionales,   que están destrozando la naturaleza, y la salud de muchas personas que habitan este planeta. Entre otras cosas me informaron de lo importante que es que la gente haga oir su voz. De lo importante que es unirse en las protestas pacíficas para que el poder, que al fín y al cabo, en países como el nuestro,  se lo hemos dado nosotros, no se ejerza con abuso.
Me hablaron también de las dos reformas legislativas que ha puesto en marcha nuestro Gobierno para limitar la protesta pacífica. Y me dieron una revista de su organización, que he estado leyendo con interés.

Cuado vi el programa de la dos arriba mencionado, me acordé de estos dos jóvenes. De su ilusión, de su coraje. Me acordé de la gente que, como ellos, en lugar de estar en sus casas cómodamente sentados viendo una peli, o en la playa tomando el sol, están a pie de calle o en un barco, recorriendo lugares donde los poderosos se han pasado por debajo de la nariz, leyes como la Ley de Costas. O colgando alguna pancarta reivindicativa en algún edificio. Y pensé que había hecho bien en escucharles y hacerme socia de Greenpeace. Porque la conservación de este planeta por la que ellos están luchando, también es cosa mía. Y aunque yo ya no esté para colgarme de ninguna fachada, ni pueda ir con un barco de un lado a otro, porque el navegar me marea, puedo ayudar de otra manera. Uniéndome a ellos, uniéndonos a ellos, seremos uno más, y otro, y otro... Y muchos unos, harán un todo más fuerte.
Y me acordé de lo que había dicho el señor Duch, de lo importante que es defender valores como la tolerancia y la ética, de lo valioso que es tener un espíritu crítico, de lo necesario que es el Humanismo.  Para no acabar siendo como esas luces artificiales, que no dejan ver la belleza del brillo auténtico de las estrellas.

4 comentarios:

  1. De todas maneras somos luces fugaces, pero nuestra obligación es brillar todo lo que podamos, aunque no se entere nadie de nuestro esfuerzo.
    Besos, ya puedo ver tu mochila.

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    1. Tienes razon. La mejor estela que podemos dejar es el trabajo
      bien hecho. Hasta nuestro proximo encuentro.

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  2. Que quede el reflejo de lo hecho y que alguien lo valore, es algo a lo que hemos de aspirar y de lo que estar orgullosos. Como dices, todas las estrellas se extinguen tarde o temprano, pero hay un tiempo, por muy fugaz que sea, en el que brillan y nos ofrecen su belleza. Disfrutemos y valoremos ese tiempo.

    Saludos!

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    1. Cuando me encuentro con gente que lucha por ideales, por mejorar el mundo en el que vivimos, aunque sea con pequeñas obras, que a la larga resultan no ser tan pequeñas, pienso que mi obligación es ayudarles. Porque ayudándoles, me ayudo a mí misma también, al fin y al cabo todos estamos en el mismo barco. Por eso es tan importante transmitir los antiguos valores, que son los de siempre. Quizás eso no dé un brillo estelar, pero sin duda deja una huella luminosa para los que vienen detrás.
      Saludos, José.

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