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viernes, 8 de agosto de 2014

F U E G O

"FUEGO"
De Félix Ziem


Ayer en Burgos llegamos a los 30º de temperatura. Eso me hizo recordar una frase que siempre decía mi padre, cuando llegaba a casa en uno de esos días a los que al agotamiento del trabajo diario, se le había añadido una temperatura demasiado alta para su naturaleza de hombre del norte.
Hoy es un día criminal -decía-. Cae fuego.
La primera vez que vi un verdadero fuego de cerca, fue en Galicia. Los bosques gallegos están llenos de eucapliptos. Unos árboles que además de aportar un olor peculiar al aire, refrescándolo, tienen la desdicha de arder como antorchas. Y eso bien lo sabían los que se dedicaron a quemar más de un bosque de esa zona.
Estábamos en casa de una de mis tías, cuando alguien gritó: ¡Fuego!. Salimos corriendo y al fondo del paisaje,  del bosque que estaba más allá del maizal de mi tía, surgían unas enormes llamas, envueltas a veces en humo gris, a veces negro.
Me quedé mirándolo, como hipnotizada. No veía sólo las llamas. Veía sus colores. Afortunadamente los bomberos pudieron sofocar el fuego, y no llegó a alcanzar ninguna casa. Aunque el paisaje quedó destrozado.
No sé si ha sido el calor de estos días lo que me ha hecho volver a recordar esas imágenes. Entonces me he puesto a buscar poemas que hablasen del fuego, de los colores en el que éste se despliega como una paleta de un pintor. Y me he acordado de dos poetas: Rafael Alberti, que en su libro "A la Pintura", dedica varios poemas a los distintos colores: "Verde",  "Amarillo",  "Rojo", "Negro". Y otro poeta que un buen amigo me descubrió, y a cuyas composiciones vuelvo una y otra vez, Fermín Heredero Salinero,  en cuyo libro "Al Son de Tu Llamada" incluye un poema titulado, precisamente, "Fuego". Y se me ha ocurrido que podía hacer una especie de diálogo con los poemas de ambos escritores, sacados de los libros que les he indicado anteriormente. Y de esa "mezcla", me ha quedado esto que ahora les muestro:


13 Aunque soy verde, tengo
muchas veces el alma de amarillo.
 
14 Cuando sueño ser gris le quito un poco
al negro y al azul de su hermosura.
 
18 El verde solitario de la muerte.
 
 
*Lengua que siegas todo cuanto lames,
persigues el olvido y el destierro
del agua y su condena, mas tus huestes
se aplacan y calcinan en su cerco.
 
 
30 Me tuesta el ocre. El rojo
me excita y me suspende hasta la altura
naranja de la llama.
 
31 El amarillo cromo, satinado.
 
32 Un  ordenado esférico amarillo
naturaleza muerta.
 
 
*De la tierra en su vientre te cobijas
y surges congregado lo estruendos,
arrasando la faz de quien te aguarda,
moldeando su imagen y su gesto.
 
 
5 Me llamo excitación, cólera, rabia,
estallido del día de la ira.
 
6 Me violento y subo
hasta de pronto reventar en sangre.
 
10 Pluma en alas de Luzbel, ardiendo.
 
 
*Y así, cuando tu llama unce la muerte,
renace un nuevo ciclo de tu incienso
y tú mueres también en brazos mustios
 de aquello que mataste con tu vuelco.
 
24 El alma negra junto al rojo, en llamas.
 
 
*No esgrimes la guadaña con que el hombre
te contempla, ni cubre un velo negro
tu semblante, ni siempre deja luto
tu presencia, ni ardor, ni cruz, ni duelo.
 
 
26 Tú eres la luz con antifaz. Lo quitas.
Pero sus ojos siguen siendo negro.
 
 
 
Ahora que visitamos más los bosques, cuidémosles. Son nuestros pulmones. La herencia que nos dejaron los que pasaron por aquí antes que nosotros. Y tenemos la obligación de cuidarlos, para que los que vengan detrás, puedan encontrárselos, como poco, igual que los hemos encontrado nosotros. Destrozar la naturaleza por descuido o por especulación a la larga, no es rentable.
Esta entrada se la dedico a la gente que tiene como profesión y, a veces como pasión, cuidar de nuestros bosques.



Los versos señalados con este símbolo (*), pertenecen al poema "Fuego", sacado del libro "Al Son de Tu Llamada" de Fermín Heredero Salinero.
Los que tienen un número, están sacados de los poemas dedicados a los colores: Verde, Amarillo, Rojo y Negro, del libro "A la Pintura" de Rafael Alberti.

2 comentarios:

  1. El fuego es atractivo y poético. Siempre que no nos ponga en peligro, a nosotros o a nuestro patrimonio. He vivido contigo ese incendio en tierras gallegas. No me extraña que lo recuerdes.
    Nos ofreces una buena combinación de versos.
    Recordemos aquello tan antiguo de "cuando un bosque se quema algo suyo se quema".
    Un abrazo, amiga paseante.

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  2. Cuando se quema un bosque, se van milenios de historia, de vegetación, de fauna.Me pregunto toda esa gente que ha quemado bosques para especular con el precio del terreno, ¿dónde vivirán ahora? Se da la paradoja que muchos de ellos quieren ganar dinero rápido para hacerse una mansión rodeada de naturaleza, ¿qué naturaleza, la que no han esquilmado ellos aún? Pues como sigan así, no van a tener terreno para poder retirarse.
    A veces me sale la vena sarcástica. Cuando has visto un bosque totalmente destruido por el fuego, te cuesta mucho recuperar la fe en la inteligencia del ser humano.
    Un abrazo, Abejita.

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