
"REGRESO DE LA COSECHA 1878"
De William-Adolphe Bouguereau
Tal día como hoy del año 2013, comenzaba mi andadura en este blog. Hoy cumple por lo tanto un añito. Esto no hubiera sido posible sino fuera por el ánimo y los consejos de un grupo de amigas, que conociendo mi afición a la escritura, siempre estaban ahí, alentándome para que comenzara esta aventura. A todas ellas gracias. Gracias porque me despertásteis la curiosidad, el hambre de aprender.
Gracias también a las personas que alguna vez me han hecho saber que el leer mi blog les pone las pilas. Eso me da aliento para intentar seguir haciéndolo cada vez mejor.
El entrar en el mundo de Internet no me ha servido sólo para exponer una serie de opiniones, sensaciones o sentimientos en este blog, también me ha dado la oportunidad de conocer a otras personas que, desde los suyos, me han aportado conocimiento, serenidad y belleza.
Cuando comencé no aspiraba a alcanzar ninguna cifra. Me bastaba, y aún me basta, con que lo que escribo pueda, sino enseñar, porque creo que para eso hay personas con mucho más conocimiento que yo, al menos mostrar una visión de las cosas que pueda servirles para no sentirse sólos o raros, como me ha sucedido a veces a mí. El compartir opiniones crea un acercamiento. A veces puede también ser causa de distanciamento, pero ello puede igualmente ser positivo, desde el momento que nos hace pensar a ambas partes.
Septiembre está a la vuelta de la esquina. Un nuevo curso está por empezar. El estrenar un grado más supone una aventura. Nuevas experiencias, nuevos conocimientos, nuevos retos. A los que vuelvan a sus trabajos, a los que empiecen en uno nuevo, a los que están buscando su oportunidad de comenzar, les deseo muchísima suerte y sobre todo mucho ánimo.
Hace un par de años por estas fechas, leí en una revista que a una empresa se le había ocurrido la genial idea de crear un Kit para combatir el estrés post-vacacional. Entre otras monerías, el Kit contenía una bolsita con un puñado de arena de una playa, para que la persona que se sintiera agobiada por el regreso al trabajo, pudiera, mediante la contemplación de dicho elemento, evitar caer en un exceso de melancolía.
Me van a perdonar que me lo tome a guasa. Y lo hago porque, sinceramente, no puedo creer que a alguien le entre un bajón por volver al trabajo o a sus estudios. Sobre todo cuando he sabido que en Irán hay mujeres que se están atreviendo a quitarse el velo impuesto por los ayatolás, jugándose con ello nada menos que la vida. O que en África un grupo de mujeres con coraje han decidido ponerse en contra de la ablación del clítoris de sus hijas, y de las hijas de otras mujeres. Y que en ese mismo país, mujeres igualmente valientes, están luchando para que acaben las guerras civiles, que están destrozando generaciones enteras. Y lo hacen sin la ayuda de ningún Kit. Con su valor y su tenacidad como únicas herramientas.
No puedo entender que en nuestro país a alguien le suponga una carga insoportable levantarse por la mañana temprano para ir a trabajar o a estudiar, cuando hay gente que desde distintas organizaciones humanitarias, o independientemente, se levantan todos los días muy temprano y se acuestan todas las noches muy tarde, después de haberse dejado la piel en ayudar a los demás.
Es verdad que laboralmente nuestras condiciones han sufrido un retroceso brutal. Por eso mismo no podemos quedarnos en el eterno verano. Los que tan mal están rigiendo nuestra política y nuestra economía no han descansado ni un minuto. Han seguido con sus recortes sin que las altas temperaturas les haya producido el más mínimo problema de sudoración. Sobre todo porque tienen siempre a su servicio fieles "dobermans" dispuestos a llevarles trozos de carne fresca arrancada de donde sea, a cambio de un trozo de pan. Y éstos tampoco descansan. Al contrario, volverán en Septiembre con sus incisivos más afilados. Así que, como para quedarse a contemplar un puñado de arena dentro de una bolsita de plástico.
En lo que a mí se refiere, me he propuesto empezar este nuevo curso, esta nueva etapa, con ánimo, con ganas de defender lo que tenga que defender. Con ilusión y, sobre todo, sin miedo. Ése se lo dejo para los que desde sus puestos de responsabilidad, han decidido ser serviles en lugar de serviciales.
¿Qué tal si empezamos esta nueva etapa con una buena lectura? Hoy les sugiero un libro, no sé si denominarlo de poesía o de pensamientos poéticos. Se trata de "Gotas Sobre El Polvo" de Alberto Pérez Ruiz, Editorial DosSoles. Este libro lo descubrí hace unos meses. Con motivo del Día de la Poesía, me acerqué por la librería de dos buenas libreras-amigas, y allí estaba esperándome. Fue el libro el que me escogió a mí porque ese mismo día no lo compré, pero al día siguiente no pude evitar ir en su busca. Y no me arrepiento. Su autor, mediante breves versos, nos hace pensar a lo grande.
Con este verso que saco del libro arriba mencionado, les deseo un buen comienzo.
Soy tan libre que elijo repirar.
(Alberto Pérez Ruiz)