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martes, 20 de octubre de 2015

B E S O S

"EL BESO"
De Gustav Klimt


Hay veces que la vida te sorprende con algo inesperado. Algo bonito.  Eso me ocurrió un día que había quedado con una amiga para tomar un café. Estábamos charlando, cuando ella sacó un paquete de su bolso. Lo posó sobre la mesa y,  acercándomelo, simplemente dijo:
-Toma. Es para ti.
Al abrirlo me encontré con una figura que representaba El Beso de Gustav Klimt.  Me quedé con la boca abierta. Desde que viera por primera vez en un libro una reproducción de esta obra, no he dejado de admirarla. Los colores, la luz que desprende. Pero quizá por haberlo visto muchas veces, no me había percatado de algunos detalles. Fue días después de que mi amiga me lo regalara, cuando al coger la figura, por decimoquinta vez,  empecé a mirarla de verdad.
El cuerpo de él está cubierto por una túnica cuyo estampado, que reposa sobre un fondo dorado, recuerda los símbolos que utilizaban los egipcios en los lugares donde enterraban a sus faraones. El de ella está envuelto en un vestido, también de fondo dorado, pero cuyos adornos parecen de otra época, más actual. Mientras que el blanco y el negro son los colores que adornan al hombre, la paleta de tonos es mucho más amplia en el caso de ella. Rosas, azules, amarillos, algún verde, decoran las formas femeninas hasta un poco más abajo de los hombros, que quedan al descubierto. Igual que parte de sus piernas, adornadas con dibujos dorados, hasta los talones. 
El brazo derecho de la mujer rodea el cuello de él. La mano femenina, parece que cae abandonada. Él también recorre el cuello de ella pero con su brazo izquierdo, hasta cubrir con los largos dedos de su mano siniestra, el cabello y la oreja femeninos. Su diestra parece en parte reposar sobre el hombro de ella, mientras que otra parte acaricia levemente la mejilla de su amada. Todos estos movimientos son seguidos de cerca, de muy cerca, por la mano izquierda de ella, que parece querer indicarle  por donde ha de ir recorriéndola.
El pelo oscuro de él, está adornado con unas hojas verdes. El de ella, más claro, largo, y ondulante, está salpicado por adornos, algunos con forma de estrella, blancos, negros, verdes.
Tanto él, que está de pie, como ella, de rodillas, reposan sobre una base de verde hierba con flores de muchos colores. Parte de algún adorno de la túnica de él, y de los de las piernas de ella, cubren el verde. Aunque no sabría decirles si es desde los cuerpos de la pareja de donde escapan dichos adornos para reposar en el suelo, o es al revés, que desde el suelo, su amor los hace brotar y adherirse a sus cuerpos, como la hiedra. 
Los dos tienen los ojos cerrados. Las mejillas de ambos tienen un tono rosado ¿quizá por el cambio de temperatura debido a la cercanía de sus cuerpos? ¿o tal vez como prueba de timidez de un posible primer beso?
El tono rojo de los labios de ella puede verse porque su boca está libre. La de él, sin embargo, besa una de las mejillas de la mujer. Y es éso lo que más sorprende de esta imagen, que siendo como es,  un beso en la mejilla, está lleno de pasión, de sensualidad, incluso erotismo. Como si ambas bocas estuvieran fundiéndose en una. 
Parece representar el principio de un todo. Como si de Adán y Eva se tratara. 
El contemplarles me ha traído a la cabeza un maravilloso párrafo de la novela de Erri de Luca: "Los Peces No cierran los Ojos", que no puedo sino transcribirles aquí, para que disfruten de su belleza.
La primera pareja humana, creada en un jardín el sexto día tuvo por encima de ella la primera noche inconmensurable. Sin saberlo ellos, despuntó en sus cuerpos el apetito, la sed, el entusiasmo y el sueño. La primera noche, desconocida, les pareció a ellos el resto del día primero, desmigajado en puntitos de luz. No sabían si regresaría el sol, de modo que se abrazaron. Las bocas se vieron juntas e inventaron el beso, el primer fruto del conocimiento. Era mercurio, aquel conocimiento, un líquido sensible a la temperatura de los cuerpos.

¿Quién no desearía recibir uno, mil besos como éste?


2 comentarios:

  1. Sigo tu explicación, nunca vi así "El beso". El primer fruto del conocimiento, qué acertada definición del beso.

    Un abrazo, amiga caminante.

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    1. Las definiciones que Erri de Luca hace de las palabras, sobre todo de aquellas que tienen que ver con los sentimientos, son fuentes inagotables de belleza. Vuelvo una y otra vez a sus libros, cada vez que estoy sedienta de poesía.
      Es curioso que a veces contemplamos las obras de arte y no somos conscientes de todo lo que transmiten, hasta que un día nuestros ojos las miran de una forma distinta, y entonces sabemos lo afortunados que somos al poder disfrutar de ellas, aunque sean reproducciones.
      Un abrazo amiga de caminos.

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