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miércoles, 15 de abril de 2015

EL DEPREDADOR


"ATAQUE DE LOBOS"
De Alfred Wierusz Kowalski


Recuerdo especialmente uno de los veranos que pasé en Galicia, porque el ambiente estaba un tanto revuelto a causa de la noticia protagonizada por un lobo, que había bajado hasta la aldea, y había atacado una vaca. Todos estaban dispuestos a matar al lobo en cuanto lo tuvieran a la vista. Recuerdo también que en medio de toda esa gente dando su opinión a voz en grito, estaba mi tía María, callada, observando. Cuando entró en su casa yo fui con ella. Al percatarse de mi presencia, me miró como esperando a que le preguntara algo. Como me quedé callada, también esperando, simplemente dijo:
Si nadie hubiera subido a donde estaba el lobo,   él tampoco hubiera bajado.
No necesitó decir más para dejar clara su postura en el asunto. Estas palabras me vinieron a la mente cuando vi la película "El Último Lobo", dirigida por Jean-Jacques Annaud. Una película bellísima en cuanto a imágenes, y que demuestra hasta qué punto estamos destrozando todo lo que nos rodea. La historia se sitúa en el año 1969. Dos estudiantes son enviados al interior de Mongolia, para educar a una tribu de pastores nómadas. No es un acto voluntario por parte de los estudiantes, ni tampoco algo requerido por los pastores. Quien impone esa situación son los representantes del régimen político en ese momento en China. Esto es importante decirlo porque, sabiendo que no hay una sóla acción que haga un político sin pretender sacar algo a cambio, cueste lo que cueste, es lógico esperar que la historia no acabe bien.
Un representante regional decide exterminar a los lobos de la zona. Es entonces cuando uno de los estudiantes recoge a una de las crías, y  la esconde para criarla él mismo.
Hubo un tiempo en que esos pastores tomaban de la naturaleza sólo aquello que realmente necesitaban para vivir, tras lo cual daban las gracias por ello al dios que había puesto todo eso a su alcance. Sin embargo durante el desarrollo de la historia, eso va cambiando.  Es un continuo duelo entre humanos y animales. Los primeros persiguen a los segundos, los acorralan, los destruyen, pero no para defenderse de ellos, o para utilizarlos como alimento, en cuyo caso habría una especie de armonía, de equilibrio en el acto en sí. En lo que va degenerando la forma de actuar de los hombres, es en una destrucción masiva, hasta el punto de utilizar explosivos para poder matar más. Se trata de destruir la mayor cantidad posible de lobos para conseguir un beneficio más grande, y además en un período de tiempo más corto. Eso rompe toda la cadena. Y ya puestos ¿por qué conformarse sólo con los lobos habiendo más especies? Todo sea por conseguir un puñado de dinero o, como en el caso de uno de los pastores, para poder alcanzar ese artículo, objeto de su más profundo deseo. Y es eso: un deseo,  una ambición desbocados lo que hará perder a esos hombres todo lo que de verdad tiene valor en sus vidas. Después ya nada será lo mismo.
La carrera que llevan a cabo en pos de sus piezas de caza, es también un camino de aprendizaje. Un viaje hacia ellos mismos.

En el caso de los indios norteamericanos, por ejemplo, el lobo es un animal admirado por su audacia, las ceremonias dedicadas a su figura eran habituales antes de las temporadas de caza.
Ellos creen que los animales tienen los mismo derechos, y merecen el mismo respeto que los humanos. Que por encima de cualquier otra consideración, se los debe honrar porque están dispuestos a entregar sus vidas a fin de que la humanidad siga viviendo.

¿No es una especie de broma macabra que después de haberse formado los ríos, las montañas, los bosques, se buscara a alguien para que cuidara de todo eso, y se eligiera al que ha resultado ser el mayor depredador de todos ellos: el hombre?

4 comentarios:

  1. Dorcas, tus pensamientos y comentarios, me recuerdan mucho a un escritor norteamericano: Thoreau. Muy en consonancia con tus palabras.

    La humanidad, tiene aún un largo camino de aprendizaje. ¿Dejaremos que la naturaleza y la vida nos enseñe? ¿Seremos dóciles aprendices y estaremos abiertos a disfrutar?

    ¡¡Besos y que tengas un buen día!!

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    1. He leído algo de Thoreau, ojalá fuera tan valiente como él a la hora de defender ciertas ideas.
      Para aprender hay que poner voluntad, y me temo que lo que ahora prima son los intereses económicos. A la larga nos va a salir mucho más caro. Si fuéramos conscientes de todo lo bueno que nos puede repercutir cuidar de nuestro entorno...
      Hay una editorial, Impedimenta, que ha sacado un cómic sobre la vida y pensamiento de Thoreau. Lo firman Maximilien Le Roy y A. Dan, se titula: "Thoreau-La Vida Sublime" Es interesante que se hagan estas ediciones atractivas para todas las edades, es una manera de acercarse a personajes tan interesantes como este hombre, y a la vez disfrutar de la lectura y unas buenas ilustraciones.
      Una abrazo, Maria. Espero que estés teniendo un buen día, el mío sí lo está siendo.

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  2. Tu tía María estaba cargada de razón. Al lobo se le acosa y actúa como lobo.
    Los lobos se hicieron perros y se convirtieron en nuestros mejores amigos, tener perro es una grata experiencia, yo quise mucho al mío. Fue mi mejor compañero en momentos difíciles, lo echo de menos.
    Me apunto esa película.
    Besos amiga caminante.

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    1. Es tan sencillo como dejar a cada uno su espacio. Hay personas que no son capaces de respetar esta regla con otras personas, imáginate con los animales.
      Nunca he tenido perro porque siempre he vivido en casas pequeñas, y creo que un perro necesitaría de espacio. Ellos son capaces de captar cuando una persona necesita de su compañía y están ahí, sin pedir nada a cambio. Eso es mucho más de lo que algunos seres humanos son capaces de hacer.
      Un abrazo amiga del camino.

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