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miércoles, 27 de noviembre de 2013

INDOMABLES





Hace años tuve la oportunidad de ver una película maravillosa: "Caballos Salvajes". interpretada, entre otros, por dos actores que, desde entonces, admiro todavía más. Héctor Alterio, que está inmenso, como sólo él sabe estar en cada una de sus interpretaciones, y Leonardo Sbaraglia.
La primera escena ya te anuncia que estás ante algo grande. Se ve a cámara lenta y en blanco y negro, gente andando por una calle concurrida de una ciudad cualquiera del mundo. Entonces una voz en off, (la del Sr. Alterio), dice la siguiente frase: "Los poderosos se están repartiendo el mundo, con la gente dentro". A pesar de los años que han transcurrido desde que la vi, no he podido olvidarlo. Y todo lo que ahora estamos viviendo a nivel político y económico, demuestra que era premonitoria.
La historia trata sobre un hombre ya mayor, (Héctor Alterio), que harto de reclamar un dinero que el banco le debe y no le paga, decide atracar una de las sucursales de dicho banco. Como es lógico y dado que se trata de un novato en el "arte" de atracar, saltan todas las alarmas de seguridad y a los pocos minutos, el hombre en cuestión está rodeado. Desprende tanta angustia, que un joven que estaba en la oficina bancaria en ese momento, (Leonardo Sbaraglia), se compadece de él y le propone que le coja de rehén, pues teme que si intenta escapar sólo, le van a poner como un colador.
Es así como las vidas de estos dos hombres se cruzan.
Logran salir del banco y escapar, y ahí empieza un largo recorrido para ambos, lleno de no pocas sorpresas, como el encuentro con una joven que lleva también su historia particular.
Mientras que se persigue a estos dos hombres, se hace una investigación por parte, entre otros, del director del banco, al que le llama la atención que el atracador insistiera en que le dieran una cantidad en concreto al hacer el robo. Es entonces cuando descubren que la cantidad exacta que exigía el atracador, corresponde a la cantidad que les había estado reclamando por escrito  durante mucho tiempo, más los intereses que el retraso por parte del banco en el pago de dicha cantidad, habría generado.
En la mente fría y calculadora de un banquero, no cabe que, alguien, teniendo la oportunidad de llevarse un montón de dinero, quiera llevarse sólo aquello que le pertenece,  ni un céntimo más. Y considera al atracador un boludo.
De eso habla básicamente esta película, de la diferencia que hay entre las personas que creen que todo vale, y que ellos están por encima de todos y todo lo que les rodean y, las otras,  las que creen que aún en las situaciones más desesperadas, se puede mantener una ética, una especie de código de honor.
No voy a seguir contando la película, ni a destripar el final. Sólo les pido que si tienen oportunidad, la vean. Es toda una lección de vida.
El director de la película es argentino. Creo que fue unos años después del estreno de su película, cuando a los argentinos les caería el "corralito".  A nosotros en España también nos ha venido una de las crisis más injustas, crueles e inútiles que se han visto nunca.
Tenía razón el viejito desesperado, los poderosos se están repartiendo el mundo, con la gente dentro. Y si al hacer los pedazos del reparto, parten en dos a alguna persona, no les importa. No la consideran una víctima.  Sólo es un daño colateral.
Menos mal que siempre hay alguien que decide  trotar, trotar como un caballo salvaje. Ser tan indomable,  que el someterlo sea algo tan imposible como ponerle bridas al viento.

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