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viernes, 22 de julio de 2016

LA BONDAD CLANDESTINA

La historia que Spielberg nos cuenta en la película que ha dirigido titulada "Mi Amigo el Gigante", está basada en el cuento de mi admirado Roald  Dhal "El Gigante Bonachón". Sólo la gran imaginación de un director como Spielberg puede hacer una película así.
La historia comienza en un orfanato donde, entre otras, vive la pequeña Sofia (interpretada por Ruby Barnhill), una niña a la que la soledad la ha llevado a aficionarse a los libros, o quizá fuera al contrario. El caso es que con su cabeza llena de historias fantásticas era imposible que no pudiera percatarse de la realidad que hay detrás de la realidad palpable. Es una noche en la que, como todas, Sofia tiene que encargarse de cerrar con llave el orfanato pues la directora, mitad despistada, mitad descuidada, siempre se olvida de hacerlo. Al volver al dormitorio que comparte con otras niñas, se mete bajo las mantas de su cama con dos elementos fundamentales para ella: una linterna y un libro. En plena lectura, oye un ruido que le llama la atención. Se dirige hacia el balcón del orfanato. Ha debido ser una jugarreta de su imaginación pues parece que todo está tranquilo, a excepción de un grupo de hombres un tanto bebidos que salen de un pub cercano. La niña, un tanto resabida, les echa una bronca por el escándalo que montan a tan altas horas de la noche. Entre bromas y tropezones, los hombres se van. Todo queda tranquilo. Pero hay algo que perturba a la niña, algo que presiente aunque aún no ha podido ver. De repente, de una gran sombra surge un gigante, (interpretado por el magnífico actor Mark Rylance, que ya dio muestra de su buena interpretación en "El Puente de los Espías", dando réplica a Tom Hanks). La niña, asustada, corre hacia su cama y se cubre hasta la cabeza. Una enorme mano se introduce por el balcón que la pequeña ha olvidado cerrar, y la arranca de su cama,  llevándosela con él. La aventura ha comenzado. La carrera del gigante hacia su destino es espectacular. Llama la atención la gran habilidad de ese ser tan enorme para pasar desapercibido en plena ciudad de Londres. Cuando ve que alguien se acerca, se convierte, cubriéndose con su gran capa, en cualquier elemento urbano. Zancada tras zancada, llega al país de los gigantes donde él vive. Allí hay otros gigantes que no son tan buenos como él, pues tienen como alimento principal en su menú a los seres humanos. 

                                             Fotograma de la película "Mi Amigo el Gigante"
                                                                       de Spielberg
(Imagen sacada de Internet)

La niña al principio se siente asustada, atrapada, prisionera, pero poco a poco se dará cuenta que ese gigante es buena gente. Cuando llegan los gigantes malos, el grandullón y la pequeña harán piña para evitar su amenaza. El gigante será quien tenga que aguantar los abusos en forma de pesadas bromas por parte de  esos seres de gran volumen corporal   y  poco cerebral.
La niña descubrirá la misión de su ya amigo gigante.  Se dedica a cazar sueños. La escena en que  su enorme amigo la conduce  hasta el bosque donde se concentran todos los sueños, es una de las más bellas.
Llama la atención la ternura en la mirada del gigante. La mirada del señor Rylance en este papel, es una de las miradas más bonitas que he podido contemplar en el cine. Y el hecho de que alguien con un corazón tan grande, tenga que actuar como si de un fuera de la ley se tratara. La bondad se convierte en clandestina para evitar ser destruida, qué paradoja.
Las distintas aventuras vividas por los dos amigos, les llevarán ante la mismísima reina de Inglaterra. Ambos serán agasajados con un buen té, como no podía ser menos estando en Londres, un té acompañado de enormes bandejas de preciosos y tentadores pastelitos. Y no voy a contar más.
Ésta es una película para niños entre seis y ciento y pico años, (afortunadamente yo estoy en esa franja). Tierna, con unos cuantos efectos especiales equilibrados, sin estridencias. Una historia que habla de la amistad entre dos seres que parecen estar en las antípodas el uno del otro, y que sin embargo, son muy cercanos. Es la unión y el entendimiento de dos seres diferentes. Habla del poder de la imaginación, alimentada por la lectura, y utilizada como flotador para salvarse de la inmensidad de la soledad.  Sus dos protagonistas son dos seres no integrados en la sociedad que les ha tocado sufrir. Necesitan más, y esa búsqueda les hará encontrarse.
¿Por qué -me pregunto-, la gente buena, en casi todas las historias, siempre tiene que vivir escondida? Los malos, sin embargo, exhiben sus dotes destructivas como si de un don se tratara.
Si no pueden ver la película, busquen en cualquier biblioteca el libro de Roald Dhal.  Pero no pierdan la oportunidad de soñar despiertos, para vivir como en un sueño, y  descubrir la magia que nos rodea y a veces, por nuestra ceguera vocacional, no vemos. Aunque sea gigante.

Imagen sacada de Internet







7 comentarios:

  1. Si en el cine hubieran puesto tu entrada junto a las carteleras...hubieran arrasado. Una historia de gente buena en estos tiempos de gente mala que brota sobre menos lo pensamos.Besos amiga caminante gigante.

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  2. Mi hermano escribió una respuesta al comentario que pusiste en la de la luna llena. Besos.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. El gigante bueno tiene que aparentar no ser tan bueno para sobrevivir, de ahí el título que le he dado a la entrada.
      Ya he leído la respuesta poética de tu hermano. Me ha gustado.
      Un abrazo, compañera de caminos.

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  4. Tengo pendiente acercarme al cine para verla...tiene muy buena pinta...y hay mucha gente que la está viendo. Sin embargo, no a todo el mundo le gusta, y eso no tiene por qué ser malo...es lo bonito de conocer algo y sentir cosas distintas a los demás...es lo que nos hace diferentes.
    Un abrazo y feliz verano.

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    1. De cada historia escrita o representada en imágenes, cada uno saca su propia conclusión, y eso, como dices, no tiene por qué ser malo, al contrario, cada punto de vista enriquece el argumento, y de paso da pie a una posible larga tertulia.
      A mí ésta me parece una historia llena de magia, ternura y belleza. Tres cosas que a veces necesitamos tener cerca.
      Te envío un abrazo, María, y mis deseos de un feliz verano.

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