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domingo, 3 de enero de 2016

COMO NIÑOS

"UN BAILE ESPONTÁNEO"
De Eva Roos


Recuerdo que una de las veces que escribí mi carta a los Reyes Magos con la lista de lo que queríamos mi hermana y yo, le pedí un regalo para mi madre y otro para mi padre. Se me ocurrió que como estaban siempre trabajando, merecían que sus Majestades se acordaran de ellos. Así que, ni corta ni perezosa, pedí que les trajeran un reloj de oro para cada uno. Aquel año además, me enteré de que se podían mandar las cartas a Radio Nacional para que las leyeran y así, a través de las ondas, les llegara antes la lista de nuestros deseos. Estaba tan contenta de mi carta que antes de mandarla, se la leí a mis padres. En mi inocencia de niña, pensé que la mirada que se cruzaban los dos al oír lo que pedía para ellos,  era de felicidad, al comprobar que su hija también se acordaba de incluirles algo.
A partir del momento en que eché mi carta al correo, no me perdí ni un sólo día el programa en el que se leía tan importante correspondencia. Cuando la presentadora de voz cristalina anunció que iba a leer una carta firmada por una niña de Burgos, y mencionó además mi nombre, no cabía en mí de felicidad. Llamé a toda la familia para que se acercaran a la radio, creo recordar que era un sábado o un domingo por la mañana. Y allí estábamos los cuatro, con la oreja pegada a aquel aparato de color marrón oscuro, grande como una caja de zapatos, y con unas ruedecitas, que parecían los botones del abrigo de los payasos de la tele. De repente,  mi gozo se tornó en sorpresa desagradable al comprobar que la mujer se saltaba un párrafo de mi carta, y pasaba a la presentación de la siguiente misiva. Pero es que, además, el párrafo que se había saltado  era, para mí, el más importante pues daba detalle de lo que quería que los Magos de Oriente trajeran a mis padres. 
Se imaginarán el cabreo que cogí. Tan indignada estaba, que le dije a mi madre que había que poner una queja a ese programa por lo mal que había leído mi carta aquella presentadora. Mi madre consiguió, como siempre lo ha hecho, apaciguar mis humos con sabias palabras. 
Aquellos eran tiempos difíciles-me explicó-. En muchas casas no había casi ni para comer, así que ¿cómo iba yo a pedir algo de oro para ellos? Lo lógico era que pidiera algo que realmente desearan la gente que estaba peor que nosotros.
Como ya no había tiempo para mandar otra carta, lo que hice fue, la noche anterior a la Noche de Reyes, abrí una de las ventanas del comedor, miré al cielo y, cerrando los ojos, dije con todas mis fuerzas:
-Majestades, que mañana ningún niño se quede sin su regalo. 
Han pasado muchos años, pero hay cosas que no han cambiado. Si tuviera que volver a escribir hoy esa misma carta, tampoco incluiría nada de oro para los que aún estamos aquí. Lo que pediría, subrayándolo con un rotulador de ésos de colores chispeantes sería:
Por favor, Majestades, que ningún niño, por muy viejos que tenga sus zapatos, se quede sin su regalo.

Como me gusta, siempre que puedo, incluir algo literario en mis entradas, voy a dejar aquí una sugerencia para los niños de todas las edades. Aquellos que aún no sepan leer, pueden pedir a sus padres o a cualquier adulto que se lo lea.  El título que sugiero es una bonita historia que se titula "Hachiko, El Perro que Esperaba", su autor es Luis Prats. Es la bella historia de un perro muy fiel. Un bello texto debe estar acompañado, como lo está éste, por unas bellas ilustraciones. Quien las ha hecho para esta historia es Zuzanna Celej. 

No se olviden que los libros, además de en las librerías, también están en las bibliotecas. Lo importante es poder conocer bellas historias.




2 comentarios:

  1. Yo también escuchaba las cartas de los Reyes Magos leídas en la radio. ¡Qué ilusión y qué inocencia la nuestra! Tu madre supo manejar la situación, nada fácil. Y tu petición fue la mejor, sin duda. Repitámosla cada año.

    Recomiendas una hermosa historia para los niños, la historia de ese perro creo que es la misma de la película "Siempre a tu lado". Un buen ejemplo de fidelidad extrema.

    ¡Felices Reyes, amiga caminante!

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    1. Hay una generación que durante un tiempo fuimos de radio y no de tele. Es curioso que sin imágenes, vivíamos cada escena como si la tuviéramos delante.
      No conozco la película que mencionas. La historia del libro que recomiendo es bonita. Tenemos mucho que aprender de los animales.
      Cada noche de Reyes suelo recordar estas cosas. Tienes razón, no hay que perder las buenas costumbres. Mañana volveré a lanzar, con la misma fuerza, ese deseo.
      Que sus Majestades se porten muy bien contigo. Seguro que te dejan algo interesante para leer.
      Un abrazo, amiga de caminos.

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