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miércoles, 17 de junio de 2015

HISTORIA DE UNA BUENA PROFESORA

"EL PADRE DEL ARTISTA"
De Paul Cezanne


Al contemplar este cuadro parece que todo se detiene. Un hombre, (el padre del artista según nos indica el título del cuadro), sentado ¿cómodamente? en una butaca, lee un períodico. Parece que esté sólo rodeado por el silencio. ¿Hay una escena que irradie más tranquilidad que ver a un hombre leyendo? Pero si nos fijamos bien, la escena tiene detalles que parece querer hacer que nos preguntemos sobre lo que realmente tenemos delante de nuestros ojos. Así que víctima de esa curiosidad que a veces me arrastra, decido investigar sobre este cuadro.
El periódico se ha doblado por la parte superior y nos muestra su identidad es: L´Independent, un periódico de izquierdas.
Según he podido leer en un libro titulado "Un Mundo de Arte-National Galley Of Art, Washington" de Martha Richler, el padre de Cézanne era un banquero conservador que menospreciaba la pintura de su hijo, pero que le ayudaba económicamente.
Si observamos bien la postura del hombre, da la impresión que no apoya la espalda contra el respaldo de la butaca, manteniéndola alejada de él. ¿Deberíamos pensar que no está tan cómodo en realidad? Y siguiendo con el respaldo, si nos fijamos en su forma, ¿no recuerda la lápida de una tumba?
Otro detalle es el tamaño del personaje, un tanto exagerado, que junto al desnivel del suelo inclina la escena hacia quien lo está contemplando. ¿Pretende con ello su autor dar una sensación de agobio?
Los colores empleados por Cézanne: ocres mostaza, gris pétreo y oscuras sombras marrones acentúan las arrugas del rostro del hombre.
El cuadro que se ve colgado en la pared, detrás de la butaca es también obra de Cézanne.
Todos estos "guiños" que nos hace el artista no hacen otra cosa que darnos información. Lo que nos hace pensar que ese cuadro, no es tan "inocente" como puede parecer en principio. En el fondo,  ninguna obra, cualquiera que sea su forma de expresión, lo es.  En alguna ocasión, incluso, ha podido ser utilizada por el propio creador como "pancarta publicitaria". Éstas son las ideas que la señora Anne Gueguen, intenta hacer comprender en sus clases. Y ustedes se preguntarán ¿quién es la señora Gueguen? Pues la profesora de historia de uno de los centros más polémicos de Francia. Y a ella, precisamente, le ha tocado una de las aulas más difíciles. Ésa en la que parece haberse hecho coincidir a los alumnos rebeldes del centro. Les estoy hablando de la película francesa "La Profesora de Historia" dirigida por Marie-Castille Mention Schaar y, protagonizada, muy bien por cierto, por la actriz Ariane Ascarido. Una actriz que ya ha demostrado su buen hacer como actriz, en otros films.
El primer día de clase, esta profesora se encuentra con un grupo de alumnos para los que el verbo "aprender" no tiene ni sentido,  ni forma de conjugación, sobre todo en la primera persona del singular. Pero como para la susodicha señora Gueguen no hay nada imposible, pone toda su tenacidad al servicio de una única meta: conseguir que ese alumnado tenga interés en sus clases y  para ello, se compromete a hacerlas todo, menos aburridas. Cuando un día decide explicar una obra de arte que representa una escena en el infierno, y en ella se ve a un personaje que parece no estar en el lugar que le corresponde, salta la chispa, algunos de los alumnos se encrespan, y es, precisamente, con esa reacción, con la que la profesora decide trabajar para mantener lo que, de repente, ha surgido: el debate, y con él,   aunque en principio pareciera imposible, la atención de ese grupo de jóvenes.
Por si ésto fuera poco, a esta aguerrida profesora se le ocurre la idea de que los alumnos de esa clase se presenten a un concurso nacional  llevando como tema:  Los niños y jóvenes que durante la Segunda Guerra Mundial, estuvieron en campos de concentración nazis.  Precisamente una de las escenas más emotivas de la película es cuando reciben en la clase la visita de un anciano, que siendo niño, estuvo en uno de esos lugares del horror.
Lo que parecía en principio imposible, que toda la clase se implicara trabajando por grupos, se va haciendo realidad. Y según vamos viendo la gestación del trabajo que van a presentar, vamos también conociendo más cosas sobre algunos de los alumnos. Su  entorno familiar, su despertar en sus relaciones sentimentales. Los problemas que las diferencias sociales, de raza, y de religión, a veces causan, pero también el enriquecimiento que la mezcla de todos ellos propicia a unos y otros. En definitiva, lo que se ve es la vida misma a través de los ojos de un grupo de adolescentes por los que nadie, en principio, hubiera apostado nada en el centro donde estudían, hasta que una profesora bajita y cabezota decide que eso no tiene por qué ser así, que puede cambiar, y para bien.
Ésta es una de esas películas que deberían proyectar en colegios, institutos y universidades. Y que deberían ver los alumnos y los profesores. Y debatir sobre ella. En en sí misma una lección de historia, de arte. Pero, sobre todo, es una lección de vida. Demuestra que cuando se quiere, se puede. Que hay gente que parece buena para nada hasta que alguien decide "rascar" sobre su capa de inutilidad,  y lo que sale a la luz es una persona con un potencial enorme. Y lo de "rascar" no deberían hacerlo sólo los profesores. Si los alumnos se detuvieran a escuchar durante un rato, a ese profesor que parece un peñazo, quizás descubrieran que lo que dice no es ninguna tontería. Al abrir los oídos, se puede abrir también alguna que otra ventana hacia lugares, personajes, historias, que nos pueden servir para movernos con algo más de seguridad en eso que llamamos mundo real.


Me hubiera gustado hacer esta entrada cuando aún se proyectaba la película en los cines de Burgos, más que nada por si al leerla se animaban a verla, pero no ha podido ser gracias a la "generosidad" de alguien que decidió, hace unos días, meterme un virus en mi ordenador.
Mi padre siempre decía que quienes se dedican a fastidiar a los demás es porque, pobrecitos, no valen para más.
Nunca he entendido a esa gente que dedica su vida, día a día, a hacer el mal. Como este tipo de cosas se suelen hacer por dinero, entenderán que lo único que les deseo es que, cada céntimo de cualquiera que sea la moneda que cobren por hacer lo que están haciendo, les sirva de purito veneno.

2 comentarios:

  1. La historia de una buena profesora me tiene que gustar. Si es película también. En el cine los profes suelen aparecer como santos o como bestias pardas, y ni lo uno ni lo otro.
    Besos, amiga caminante.

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    1. Esta película muestra lo que tiene que luchar una buena profesional con sus alumnos, pero también con sus superiores, que consideran que está malgastando su esfuerzo y una serie de medios, en jóvenes que no merecen la pena.. Hay una escena en la que se produce un duelo dialéctico entre la profesora y el director del centro, que es para no olvidar. Toda una lección por parte de la profesora. Si puedes verla, no te la pierdas.
      Un abrazo compañera de caminos.

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