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martes, 10 de marzo de 2015

LIBROS-AMIGOS

"QUEMA DE LIBROS"
(Imagen Sacada de Internet)





A veces el correo nos sorprende y en lugar de traernos las aburridas cartas de siempre, nos deja una grata sorpresa. Eso me pasó  a mí hace unos días. Al abrir mi buzón me encontré con un sobre más grande de lo corriente. El remite me indicaba que me lo enviaba un amigo. No pude esperar hasta llegar a casa y lo abrí de inmediato. Lo que me mostró no pudo ser más grato, era un libro, su título: "Demian" de Hermann Hesse. Verán que repito autor. No es casual. Quien me enviaba este libro ya me había enviado otro título del mismo autor, que también comenté en este blog. El motivo es, como me explicó mi amigo en su día, que quería que conociera la obra de este escritor,  y para ello me había seleccionado unos cuantos títulos que me iría mandando poco a poco, títulos que sabía de antemano me iban a interesar y gustar. No se equivocó ni con el primero ni  con éste. Pero es que además este último envío me ha llegado justo cuando más necesitaba recordar ciertas cosas.
Acabo de llegar de una de esas reuniones que celebran las comunidades de propietarios. No voy a decirles lo que es eso, porque supongo que ustedes también habrán sufrido más de una, y el que utilice para la ocasión el verbo "sufrir" no es casual.
Ya se sabe que hay personas que aprovechan cualquier ocasión para mostrar su lado más desagradable, incluso inhumano. Y una reunión del tipo que les menciono, parece ser un buen campo de cultivo para sacar los instintos más bajos. Pero lo que he oído y visto en ésta, es difícil de superar. Con qué facilidad se llega al corporativismo para intentar apartar de una comunidad a una determinada persona que, por razones que aún no alcanzo a comprender, puede resultar molesta. Y lo sorprendente es que la víctima elegida siempre es alguien más débil. Lo que hace evidente la cobardía de algunas personas. Que se intente utilizar la discapacidad de uno de los propietarios como arma arrojadiza contra su persona y sus derechos es, como he dicho, inhumano. Cuando a la salida de la reunión, me dirigía hacia casa, me vino a la mente el libro del señor Hesse porque es de eso precisamente de  lo que nos habla este libro, del aprendizaje que cada persona hace en su recorrido por la vida para llegar a un conocimiento más profundo de sí mismo, y de los encuentros que tiene en ese andar, y su repercusión. El autor nos lo cuenta a través del recorrido que hace el protagonista de la historia, que da nombre al título. Demian es aún un niño cuando se le cruza en el camino un chico un poco mayor que él, (Franz Kromer), que no es de su clase social acomodada, pero que parece ser respetado o más bien temido por todos. La necesidad de ser tan popular como ese chico, incluso de atraer su atención, le llevará a decir una mentira. Y ya se sabe que cuando se miente, hay que mantenerlo hasta el final para no quedar como un pollino. Eso le pondrá a Demian totalmente en manos de Kromer. La aparición de otro muchacho, Emil Sinclair, le dará las herramientas necesarias para defenderse del primero. Pero el señor Hesse no nos engaña, todo aprendizaje conlleva una ruptura, un desprendimiento, y a veces sufrimiento.  Como el pollito que para salir del huevo tiene que romper el cascarón, o como el nacimiento de un ser humano, que se anuncia con el llanto del recién nacido. Ya la introducción de este libro es una auténtica maravilla. De ella saco este extracto:
"Pero cada hombre no es solamente él; también es el punto único y especial, en todo caso importante y curioso, donde, una vez y nunca más, se cruzan los fenómenos del mundo de una manera singular. Por eso la historia de cada hombre, mientras viva y cumpla la voluntad de la naturaleza, es admirable y digna de toda atención. En cada uno se ha encarnado el espíritu, en cada uno sufre la criatura, en cada uno es crucificado un salvador."
Hermann Hesse a través de la voz de Demian nos habla de temas tan importantes como:
"La solidaridad -dijo Demian- es algo hermoso. Pero lo que vemos florecer por ahí no es solidaridad. Volverá a renacer del conocimiento del individuo por los individuos y durante algún tiempo transformará el mundo. La que hoy existe no es más que espíritu gregario. Los hombres se unen porque tienen miedo los unos de los otros; los señores se asocian, los trabajadores se asocian, los sabios se asocian. ¿Y por qué tienen miedo? Sólo se tiene miedo cuando se está en disensión consigo mismo. Tienen miedo porque nunca se han reconocido a sí mismos. ¡Una sociedad de hombres que tienen miedo de lo desconocido que anida en ellos!

Ahora que lo pienso en la reunión en la que he estado, tenía que haber aprovechado la sección de Ruegos y Preguntas, para pedirles a los protagonistas del bochornoso espectáculo que les he citado arriba, que leyesen libros como éste. Quizás les aportaría algo del valor, solidaridad, y sentido común que han demostrado no tener.

2 comentarios:

  1. Algunos desayunan tigre antes de asistir a una de esas reuniones. Los que son así no leen libros...creo. Son gente aburrida que sólo se entretiene haciendo daño.
    Besos, amiga caminante.

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    1. Hoy sábado en la prensa había varios artículos de distintos escritores que hablaban de la bondad y de la maldad. La herramienta que utilizaban los primeros para ir por el camino recto, no era otra que la valentía. En el caso de los malos, a esos, sólo les hacía falta arroparse con una única vestimenta: la cobardía.
      Es lo bueno que tiene, que se nota enseguida quiénes son los unos y los otros.
      Un abrazo grande compañera de camino.

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