Mi lista de blogs

domingo, 15 de marzo de 2015

LAS VÍCTIMAS PERFECTAS


"LEÓN ATACANDO A UN CABALLO, c 1762"
De George Stubbs



La primera vez que vi la película "King-Kong", tendría unos diez u once años. Era en blanco y negro, lo que hizo que el gorila gigante me pareciera todavía más temible. No era de extrañar que siendo tan enorme, tuviera siempre ganas de comer. El "menú" que los aterrorizados vecinos del gorila le ofrecían, fue para mí un auténtico sorpresón. Cuando vi que lo que ponían al alcance de esa bestia, era una joven, me pregunté: ¿por qué ella?

Hace un tiempo, viendo con un grupo de gente un documental, en el que se mostraban las imágenes de personas que estaban viviendo en un barrio de chabolas, no recuerdo en qué país de sudamérica, alguien comentó lo horrible que tenía que ser eso: vivir de esa manera. Entonces otro de los reunidos alegó que para esas personas era lo normal, que ya estaban acostumbradas a ese tipo de vida. Algo se me revolvió por dentro. Desde entonces vengo dándole vueltas, y quiero hacer una serie de reflexiones en voz alta para compartirlas con ustedes.
Nunca he entendido por qué se da por hecho que algunas personas, algunos grupos sociales, algunos países, incluso algunos continentes parecen estar en el mundo sólo para soportar toda clase de miserias. De la misma manera, me resultaría imposible entender que alguien pudiera pensar que cuando una mujer, pongamos, en la India, tiene una niña, es con el único propósito de que la utilicen como esclava sexual. ¿Conocen alguna madre que fuera capaz de hacer algo así en algún rincón de Europa, por situar el mismo ejemplo en la otra punta del mundo? O que en el caso de una mujer africana que trae un hijo varón al mundo, es con el fin de que se lo arranquen de los brazos, y le obliguen a ser soldado en cualquier grupo guerrillero,   o como esclavo para trabajar en una mina. Igualmente me es imposible imaginar que alguien forme una familia en un país sudamericano para vivir entre basura, ratas, suciedad, pobreza y hambre. Si partimos de la base de que todos queremos lo mejor para los nuestros y para nosotros mismos, ¿de dónde sale la peregrina idea de que un hombre por el hecho de ser judío, o negro, o pobre, puede desear algo distinto para los suyos y para él mismo? ¿Bajo qué retorcidos criterios se elige a la "víctima perfecta"? Tras mucho pensar, he llegado a la conclusión que la base principal es el miedo. Miedo a que alguien diferente a nosotros pueda quitarnos lo que tenemos. Olvidamos que aquello que creemos sólo nuestro es, en realidad, de todos. Sobre todo cuando hablamos de derechos humanos. Y ya se sabe que cuando alguien tiene miedo, tiende a hacerse el fuerte con el más débil, sacrificándolo. Les voy a poner un ejemplo: todo el mundo a estas alturas ya sabe que el tabaco es nocivo hasta el punto que, como se indica en cada caja de pitillos, puede matar, debido a los componentes que se añaden al, cada vez, más escaso tabaco que se encuentra en cada cigarrillo. Lo lógico sería perseguir a las compañías tabaqueras para que quitasen esos componentes nocivos de los cigarrillos, pero en lugar de eso, ¿qué se hace? se persigue a los fumadores, convirtiéndoles en dobles víctimas, las del tabaco-veneno, y las de las leyes anti-tabaco.
Otro ejemplo: últimamente se habla mucho de salvar a la clase media, que parece que está en peligro de extinción. ¿Y qué pasa con la clase baja? porque ésa ha estado sufriendo una persecución desde hace siglos, y parece que nadie se ha dado cuenta. ¿Se da por hecho quizás, que por tratarse de los más pobres, no tienen derecho a mejorar su situación, a aspirar a salir de la miseria? ¿O quizás lo que se piensa es que como son pobres "de nacimiento" ya deben de serlo de por vida y durante generaciones?
Si realmente tenemos intención de que las cosas cambien y mejoren para los más desfavorecidos, debemos dejar de alimentar cobardemente al gorila gigante que intenta devorarnos uno a uno, unirnos, y luchar contra él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario