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miércoles, 25 de marzo de 2015

LOS REGALOS DE LA VIDA


"Madame Gautreau Brindando"
De John Singer Sargent


Hay veces que surgen encuentros, situaciones, vivencias, que te hacen recuperar la fe en el ser humano. Son pequeñas cosas, pero qué diferente se ve todo después de que ocurran. Algo así me ha pasado a mí estos últimos días.  Sucedió que por motivos de trabajo conocí a un chico con el que, desde el principio, hubo afinidad de ideas. Empezamos a hablar de cine, de libros... y ya es sabido que cuando alguien me plantea alguno  de estos temas, la conversación puede ser interminable. Lo curioso es que aunque nuestros gustos no coincidían, sí lo hacían nuestras conclusiones ante una determinada escena o un personaje en concreto. Así fue como un día me sugirió que viese una película, e incluso me la prestó en DVD. Su título: "Gravity", dirigida por Alfonso Cuarón, e interpretada por Sandra Bullock y George Clooney. Vaya por delante que el cine de ciencia-ficción no es de mis preferidos,  y así se lo hice saber . El muchacho insistió: tienes que verla, no es lo que parece. Pensé que no me costaba nada verla, sobre todo teniendo en cuenta que se había molestado incluso en dejármela, eso sí, con una condición: que se la cuidara, porque para él esta película era un pequeño tesoro. Haciendo gala de mi ironía le dije que no se preocupara, que en cuanto se fuera, la iba a tratar con mucho cuidado, metiéndola en el horno.
Eso -siguió él la broma-, pero no te olvides de gratinarla.
Pasaron un par de días y no me decidía a poner la película en cuestión. Al tercer día me dije que tenía que verla. La historia comienza cuando la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock), que es una ingeniera en su primera misión en un transbordador, durante un paseo espacial aparentemente rutinario, que hace junto con un astronauta veterano llamado Matt Kowalsky (George Clooney), sufre un desastre, lo que origina que ambos acaben dando vueltas en la oscuridad.
Al principio la película me estaba resultando un tanto pesada, e incluso llegué a pensar que realmente debía meterla en el horno, pero en un momento determinado, todo cambia, la historia sufre un giro, y lo que parecía una película hecha para el lucimiento de efectos especiales y despliegue de medios tecnológicos, se convierte en una historia mucho más profunda.
No quiero desvelarles más, por si no la han visto y les apetece hacerlo.
Tiene además el gran acierto de que dura el tiempo justo.

Hace unos días quedé con una amiga a tomar un té. Mi sorpresa fue que cuando estábamos sentadas en una mesa, dejó sobre ella un paquetito para mí. Era un libro: "El Club del Té", de Vanessa Greene. Le he estado leyendo. Es una de esas historias que yo defino como "amables". Al leerla, me ha venido a la mente las novelas que leía hace unos cuantos años ya. Eran historias que durante el tiempo que duraba su lectura, me hacían salir de la realidad, no siempre tan amable como ellas.
Por un lado estuvo bien, por otro, me sirvió para comprobar cúanto habíamos evolucionado mis gustos literarios y yo.  Pero lo que sí agradezco es el que se molestara en escoger una historia que me hiciera sentir bien.

Hoy iba de mañana hacia el trabajo, cuando me he encontrado a un amigo de hace muchos años. Es un hombre jubilado ya. Hacía tiempo que no nos veíamos, así que hemos estado unos minutos charlando. En un momento determinado me ha dicho que se acordaba mucho de mí y de mi familia, y espontáneamente ha saltado: Ven que te doy un abrazo. Este gesto ha hecho que la fría mañana de la invernal primavera a la que Burgos nos tiene ya acostumbrados, fuera más cálida.  Y que después de despedirme de él, el ir al trabajo se convirtiera casi en un acontecimiento festivo. 

Son tres pequeñas historias que demuestran que, a veces, cuando menos te lo esperas, la vida te sorprende con un bonito regalo. El de poner en tu camino a gente que piensa en tí.

3 comentarios:

  1. Son rayos de luz que iluminan nuestra existencia. ¡Qué sería de nosotros sin esa luz! ¡Y sin ese calor!

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  2. Respuestas
    1. Qué bien sienta el abrazo de un amigo a primera hora de la mañana. O que alguien decida compartir contigo una buena película, o un libro que puede darte unos momentos de placer. Qué bien sienta saber que hay gente buena en el mundo que pone un poco de magia en la vida rutinaria. También he encontrado gente así a través de mi blog. Como tú bien dices, qué sería de mí sin vosotros, que me aportáis luz.
      Un abrazo grande, amiga caminante.

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