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jueves, 10 de julio de 2014

EL ARTE DE LA PALABRA



JOHN KEATS





EL NOVELISTA

Enfundado en talento a modo de uniforme,
El rango de cada poeta es bien conocido;
Nos pueden asombrar como una tormenta
O morir tan jóvenes, o vivir solos durantes años.

Pueden avanzar como húsares, pero él
Debe luchar contra su don juvenil y aprender
Cómo ser sencillo y difícil, cómo ser
Alguien tras el cual nadie piensa que merezca la pena volver
la mirada.

Pues, para obtener su más ligero deseo, él debe
Convertirse en el colmo del aburrimiento, sujeto a
Vulgares quejas como el amor, entre los Justos

Ser justo, entre los Inmundos, también inmundo,
Y en su insignificante persona, si puede,
Aguantar obtusamente los errores del Hombre.

(Sacado del Libro "Poemas" de W.H. Auden-1907/1973)



Cada vez que alguien escribe un poema, desnuda su alma. Cada vez que alguien abre un libro y lee ese poema, encuentra su alma gemela. Porque detrás del poeta, hay un ser humano con las mismas miserias y grandezas que el que lo descubre leyendo. La única diferencia entre lector y poeta es que éste último ha sido capaz de convertir las palabras en una obra de arte.
Es necesario que se vaya pasando el testigo de una generación a otra, para que la poesía sobreviva a su creador, para que perdure en el tiempo. Que se transforme, que evolucione. Cada tiempo requiere su forma de expresión, su estilo, pero sin que se altere su esencia. Hoy más que nunca son necesarios los escritores, los poetas, los creadores del arte escrito. Porque hay muchas cosas que decir, mucho que reivindicar. Por los que ya no pueden hablar, por nosotros mismos. Es necesario un futuro lleno de poesía, lleno de creadores de diferentes expresiones del arte. Otro poeta anterior a W.H. Auden, ya lo decía.

POETAS FUTUROS

¡Poetas futuros, oradores, cantores, músicos futuros!
No me justificará este día ni responderá por mí,
Pero vosotros, de una generación nueva, pura,
atlética, continental, más grande que todas las
generaciones conocidas,
¡Despertad pues tenéis que justificarme!

Yo no hago otra cosa que escribir una o dos
palabras indicativas para el porvenir;
No hago otra cosa que avanzar un instante, y luego
me vuelvo apresuradamente a las tinieblas.

Soy un hombre que, vagando a la ventura y sin
detenerse, os dirige una mirada casual y vuelve
el rostro,
Dejando que vosotros lo analicéis y lo defináis,
Esperando de vosotros lo más importante.

(Sacado del libro ¡Oh, Capitán!
¡Mi Capitán! de Walt Whitman-1819/1892)

2 comentarios:

  1. Poesía necesaria como el pan de cada día. Celaya dijo.

    Un abrazo, amiga.

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    Respuestas
    1. Hola Abejita:
      Me ha gustado la frase que has elegido para comentar mi entrada.
      Hoy he pasado por la plaza de la catedral, había una representación de teatro clásico. Ojala los artistas de todo tipo tomaran las calles. Teatro, música, declamación de poesía. Tan necesario para el engorde de nuestro espíritu, como el pan para el de nuestro estómago.
      Te mando un abrazo, amiga caminante.

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