Mi lista de blogs

sábado, 15 de agosto de 2015

LA CEGUERA DE ALGUNAS RANAS

Hace unos días hablaba con una amiga sobre la ceguera que parece haberse extendido entre una gran parte de la población. Ese no querer ver lo que ocurre en temas tan serios como la pérdida constante de derechos, sobre todo cuando le ocurre a otros. Llegan hasta tal punto de la negación de lo evidente que,  cuando les toca a ellos, siguen sin enterarse, o al menos eso es lo que aparentan. A esta ceguera contribuye sin duda, el hecho de que quienes nos están arrebatando esos derechos, lo hacen de una manera bastante sibilina.  Entonces mi amiga me contó la historia de la rana asada. Por si no la conocen, se la cuento: Si se pone una rana dentro de un cazo de agua hirviendo, la rana salta fuera. Pero si la rana se pone dentro de una cacerola con agua fría y se la cuece poco a poco ¿Saben lo que sucede entonces? Pues que la rana se cocina. Ésto, que a primera vista parece una receta culinaria, en realidad es uno de los métodos más antiguos de supeditar hasta el  nivel  de esclavitud, a toda una sociedad. 

Hacía días que había visto en la mayoría de los escaparates de las librerías, un libro que ha sido Premio Pulitzer 2015, y del que me habían hablado bastante bien varias personas. Me estaba resistiendo a leerlo, no me gusta esa presencia constante de un título, como si fuera obligatorio leerlo por el hecho de que haya ganado un premio. Al final, he sucumbido a la tentación. Se trata de "La Luz Que no Puedes Ver" de Anthony Doerr. 


"LA NIÑA CIEGA (1854-56)
De Sir John Everett Millais

Cuando cojo por primera vez un libro, suelo leer la información que dan sobre el autor, y los comentarios que vienen  de distintas voces como pueden ser  las de otros  escritores, o  las de algunos  periodistas. En este caso las críticas no podían ser más positivas. Incluso se llega a calificar al autor como uno de los mejores novelistas norteamericanos. Desde mi humilde  mirada de lectora, he de decir que no estoy totalmente de acuerdo con estas opiniones. Lo que sí elogiaría del autor es su habilidad para hacer una novela con gancho. Su lenguaje, su  ágil manera de narrar, (frases cortas, cortos capítulos),  capta desde el principio el interés del lector por saber más sobre la historia y sus personajes. Y la historia es la de una niña ciega, Marie-Laure que vive con su padre en París, donde él trabaja como responsable del Museo de Historia Natural. Cuando los nazis llegan a la capital, se ven obligados a huir a la ciudad de Saint-Malo,  llevándose con ellos una preciada y peligrosa joya del museo. Paralela a esta historia, tenemos la de Werner, un muchacho huérfano criado en un pueblo minero de Alemania. El talento que demuestra este chico para la fabricación y reparación de aparatos de radio, le convertirán en una pieza que las Juventudes Hitlerianas están dispuestas a "colocar" en su destructivo engranaje.
Pero en esta historia hay más personajes. Otro de los aciertos del señor Doerr es la  personalidad con que los ha dotado. Tenemos por ejemplo, al tío de la niña, Etienne, quien reconocerá en esta segunda guerra que le toca sufrir, situaciones que parecen calcadas de la otra guerra, la Primera, que  le tocó superar  siendo joven. Con él viven Madame Manec, quien le cuida, y se encargará de cuidar también de la pequeña Marie-Laure.
Pero de todos los personajes, mi preferido, sin duda, es Frederick  al que, injustamente,  sus  propios compañeros de filas en las Juventudes Hitlerianas," inspirados"  por uno de sus superiores, le señalarán  como el más débil. Y todo porque es incapaz de utilizar la fuerza bruta como muchos de ellos. No la necesita, está capacitado de una inteligencia de la que, a su vez,  manan cualidades como la sensibilidad para captar la belleza, incluso en mitad de un barrizal, como en el que ellos están metidos hasta la rodilla. Precisamente esa sensibilidad hará que su mirada no se dirija hacía el barro, sino hacia el cielo, donde podrá disfrutar del vuelo de los pájaros que a él tanto le gustan y, tan bien conoce.  Eso le hará distinto al resto , es decir, le convertirá  en  la perfecta pieza de caza. Este personaje ha hecho que mi memoria se remitiera a otra novela "Los Pájaros de Auschwitz" de Rudolf  Hoss.
En la novela hay otros personajes en forma de objetos palpables como el Mar de Llamas, la piedra que los nazis desean conseguir a toda costa. Un libro de Julio Verne, que tan importante será para la niña ciega en su momento. Y luego están los objetos  no palpables, pero con una importante presencia,  como la música, y un tema en particular "Luz de Luna" de Debussy.
Como ven, esta novela tiene suficientes elementos como  para captar nuestra mirada hasta el final. 
Anthony Doerr ha querido dedicársela a Wendy Weil (l940-2012),  una agente literaria nacida en New York,  que murió  a los 72 años en su casa en West Cornwall, Connecticut.

Que la disfruten. 

Ah, y no se equivoquen. La próxima vez que sientan calor en las plantas de su pies, no se queden como la rana, pensando que se debe al cambio climático. Salten antes de que les achicharren.

4 comentarios:

  1. Hace mucho que notamos el calorcillo y seguimos croando. ¿Cómo saltar?

    La ceguera peor es la de que no quiere ver.

    Besos, amiga caminante.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me llevé una sorpresa al encontrarme la historia de la rana en el libro que comento. A veces se producen coincidencias en el tiempo.
      Tengo que estar soportando todos los días ver como personas que tienen a su lado injusticias, mentiras, abusos contra personas más frágiles, vuelven la cabeza hacia otro lado, como si no pasara nada. La cobardía es el alimento de los pequeños y grandes dictadores.
      Un abrazo grande.

      Eliminar
  2. Conocí lo de la rana cocida en el libro: "Azul sobre azul" del escritor burgalés Manuel de Lope. Es un libro lleno de historias del Burgos de su infancia junto a reflexiones como la de la rana, te lo recomiendo, lo tienen en la biblioteca de la plaza de San Lesmes. Me apunto tu libro que tiene buena pinta.
    https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_de_Lope
    Besos, amiga caminante.

    ResponderEliminar
  3. Tomo nota del título que me das y de su autor. El título me suena y no sé de qué. Sabiendo que lo tienen en la biblioteca, le echaré un vistazo. Gracias por la información.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar