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miércoles, 22 de julio de 2015

LA REALIDAD OCULTA


"Puente de Brooklyn-1948"
(Imagen sacada de Internet)

Que levante la mano el que al ver una determinada situación, o la actitud de una persona en un momento determinado, no haya hecho un juicio de lo que estaba viendo, sacando una conclusión, que, casi siempre, no tenía nada que ver con la realidad.
¿No les ha ocurrido alguna vez que han creído ver algo en un cuadro, por ejemplo, y cuando se han fijado bien, se han percatado de que lo que ahí estaba representado era otra cosa diferente a lo que ustedes creían haber visto? A mí esto me suele ocurrir, la última vez en mi entrada "Donde Reside El Amor", en la que les comentaba que uno de los objetos que reposaba sobre la mesa, era una servilleta sin doblar, y que más tarde comprobé, para mi bochorno, que lo que ahí estaba era, en realidad, un sombrero blanco.  Sobre esto, y muchas cosas más, habla la novela que quiero comentarles hoy: "Alguien" de Alice McDermott.
La protagonista es Marie Commeford, una neoyorquina de origen irlandés. A través de su mirada y de su voz, vamos conociendo a otros personajes que conviven con ella, pequeños objetos, lugares más o menos entrañables. Comenzamos a andar con ella durante  los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. La veremos de niña, de adolescente, de esposa, de madre. Durante el recorrido de su vida la veremos crecer, sufrir desengaños, disfrutar de pequeñas alegrías, soportar tristezas propias y ajenas. La veremos madurar.
Son años duros, en los que la muerte está muy presente.
Nada más abrir el libro descubrimos a Marie viviendo con sus padres y su hermano Gabe, un personaje con una presencia mucho más importante de lo que en principio puede parecer. Iremos conociendo a sus vecinos, a sus amigos, a quien parecía personificar su primer amor, pero en realidad será su primer desengaño.
En esta novela no sólo cuenta lo que se narra, sino el cómo lo hace la autora. Alice McDermott utiliza un lenguaje aparentemente sencillo, pero de una belleza, de una poética, que convierte la que podría ser una simple historia más, en una auténtica delicia.
A quienes disfrutaron con la novela "Un Árbol Crece en Brooklyng", les recomiendo que lean ésta. Los escenarios, alguno de los personajes, las situaciones a las que éstos deben enfrentarse, me han recordado la novela de Betty Smith. Sólo que, si se me permite el atrevimiento, en el caso de "Alguien", tiene más calidad literaria.
A lo largo de la novela Marie nos cuenta muchas historias de las personas que va conociendo, y, alguna, como es lógico, de los miembros de su familia. De todas ellas, me quedo con la que relata su hermano Gabe sobre una mujer que suele ir a la iglesia donde él empieza a ejercer el sacerdocio. Una mujer a la que todo el mundo toma por alcohólica, y que él, demostrando mucha más sabiduría que el resto, llegará a investigar, para desmontar esa imagen distorsionada que los demás tienen de ella. Descubrirá esa realidad que a veces permanece oculta a nuestra mirada porque la tenemos tapada con el velo de los prejuicios. Toda una lección de vida.
La paradoja es que aquel que más sensibilidad muestra para captar el verdadero fondo de las personas y de las situaciones, será quien más fragilidad tenga ante la vida.

Al ojear esta novela para seleccionar alguna frase bonita con la que cerrar esta entrada, me he encontrado con que lo que tengo señalado no son frases, sino páginas enteras. Así que voy a dejarles este pequeño trazo de muestra. Como un delicioso aperitivo. No dejen de leer esta historia.  Sufrirán y disfrutarán tanto, que acabarán, como yo, grabando en su mente el nombre de su autora, para una vez la hayan reposado,   buscar más de ella.

"Yo seguía a mi padre hasta el estrecho ropero y le sostenía el periódico mientras él colgaba el gabán y dejaba el sombrero sobre el estante. Se encaminaba al sofá del salón y yo lo seguía; me hacía sitio a su lado y me recostaba pesadamente sobre su brazo -<<como un percebe>>, decía mi padre-, mientras él leía el periódico de la tarde".

3 comentarios:

  1. El percebe se agarra fuerte a la roca, es un buen símil.
    ¿Quién no ha emitido un juicio prematuro? Yo misma.

    Voy grabando el nombre de la autora.

    Besos, amiga caminante bajo los chopos y los álamos.

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  2. Yo misma los emití prematuramente unas cuantas veces, quiero decir.
    Besos

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    Respuestas
    1. Lo que me ha gustado de esta escritora es que convierte la cotidianidad en poesía. No sé qué tienen las gentes con sangre irlandesa, que cuentan las historias de una manera, que te embelesan.
      Ahora hay que pasear arrimándose a la sombra de los árboles, para no morir achicharrado. ¡Cómo extraño la lluvia!.
      Un abrazo grande.

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