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sábado, 18 de julio de 2015

EL ANACORETA DE SORIA

A veces llega a tus manos un libro que, de no ser porque alguien te lo regala o te lo presta, posiblemente no llegarías a saber ni de su existencia. Eso me ha ocurrido a mí con el libro que hoy quiero comentarles. Su título: "El Santero de San Saturio" de Juan Antonio Gaya Nuño.
(Imagen Sacada de Internet)

 Voy a empezar por explicarles quien fue San Saturio, según la información a la que he podido acceder. La tradición le sitúa como un eremita soriano que vivió en la segunda mitad del siglo Vl. Su muerte data hacia el año 570, aunque la Historia no tiene suficientes datos escritos como para reconstruir de manera fiable los detalles de su vida.
Al parecer, Saturio procedía de una familia de nobles y ricos visigodos. Cuando sus padres murieron repartió sus bienes entre los pobres, siguiendo los consejos evangélicos y se retiró a una cueva en la Sierra de Santa Ana, donde llevó una vida de oración continua y de contemplación.

Hace unos días una amiga me sorprendió regalándome este libro. A primera vista, por el tema que parecía tratar, no me hubiera llamado la atención, pero cuando mi amiga me explicó que este ejemplar estaba en edición facsímil, es decir, tal y como se había editado la primera vez que vio la luz (5 de Marzo de l953) y que, además, contaba cosas de su ciudad natal, Soria, se me empezó a despertar la curiosidad.
El autor de este libro da voz en él al santero que está a cargo de la ermita de San Saturio. Nos cuenta cómo fue que acabó de santero. Las características que hay que tener para llegar a serlo. Y a partir de ahí, sirve de guía a los lectores que nos asomamos a sus paginas,  durante el recorrido que hace a través de la vida, costumbres, y sociedad, que formaban parte de la vida cotidiana de Soria en aquella época. Una época que ya ha desaparecido.
En el capítulo dedicado a los poetas no podía dejar de mencionar a Antonio Machado:
"Antonio Machado se acercaba al paisaje, a la inmanente y fabulosa herencia geológica de nuestra tierra, e ignoraba cuanto no fuera esencia contemplativa, es decir, poesía."
Hay un capítulo que me ha llamado la atención, e incluso me ha dibujado más de una sonrisa con el fino pincel de su ironía, el titulado "Las de Allá Arriba". Y en él se nos explica, entre otras cosas, ésto que sigue:
"Bien, no gastemos motes ni rodeos. Ni daifas ni cortesanas. Aquí las hemos llamado siempre, mientras existieron, con la lisa palabra castellana. Las putas. El único eufemismo permitido y aceptado en las conversaciones ante señoras, consistía en llamarlas las de allá arriba, porque la calle del Marmullete, que las alojaba, arriba de Santo Domingo, era la más septentrional de la ciudad.
Y más adelante continúa diciendo:
"No eran sino las de allá arriba. Ni alegres ni tristes, sino de natural talante, conscientes de su profesión, que venían a considerar como una rama de la administración pública".
Entre las páginas de este genial libro también hay espacio para las descripciones poéticas. En uno de mis capítulos preferidos, titulado "La Nevada", el santero nos cuenta emocionado:
"¡Dios, que maravilla! Nevaba desde hacía unas dos horas, a juzgar por el peso que sostenían los esqueletos de ramas de los chopos. Ya estaba cubierto el Castillo, ya la ribera. Los copos, gruesos como confites de bautizo, caían con mansa regularidad, y se iban apelmazando, apelotonando con los anteriores, y dejaban lecho a los próximos. Los que caían sobre el río, antes de fundirse en agua, chapoteaban un poquito, como jugando, por regocijo de hacerse parte del padre Duero."

Ya he comentado al principio que éste es un libro del que no sabía ni de su existencia, así que no puedo más que sentir agradecimiento hacia la amiga que me lo ha regalado porque con él he aprendido cosas que no sabía y, además,  me lo he pasado bien leyéndolo.

2 comentarios:

  1. Las orillas del Duero y la ermita de San Saturio, con su cueva, el Duero y los álamos cantores. Y Machado siempre. Un buen tema para una novela el del santero de San Saturio, un lugar donde dicen que actúan las fuerzas telúricas, que no sé muy bien cómo es eso. Un buen regalo el de tu amiga.
    Besos amiga caminante, he estado fuera y sin Internet, una escapadilla playera.

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    Respuestas
    1. Telúrica viene de tierra. Cuando se habla de fuerzas telúricas, se refiere a las energías o vibraciones que la tierra desprende en ciertos sitios, que pueden ser buenas o malas.
      Es un libro muy curioso. Descubre una Soria que ya no existe. Con él yo he disfrutado, por eso he querido compartirlo.
      No sabes la "morriña" que tengo de mar.
      Un abrazo grande.

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