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sábado, 27 de septiembre de 2014

SERVIR EN FRIO

Me ha ocurrido en alguna ocasión con alguna novela que, según iba avanzando en su lectura, iba decreciendo la historia, para acabar con un final que parecía escrito con demasiada urgencia, lo que, a mi juicio, la reducía a una mala novela. Con el título que voy a comentar aquí, me ha ocurrido todo lo contrario. Según avanzaba, iba in crescendo, hasta llegar a un final en que su autor llevaba la historia y  a su protagonista a lo más alto. Dejándome con una sensación de haber leído una buena historia. Ese título es: "La Cocinera de Himmler" de Franz-Olivier Giesbert.
Esta es la historia de la vida de una mujer, contada por ella misma, cuando ya es centenaria. La protagonista es atípica en todos los sentidos. Cuando vas conociendo los horrores por los que ella ha pasado, te sorprende el tono de ironía, incluso de buen humor con el que te va relatando todo lo sufrido.
"PREPARATIVOS"
De Herbert Johnson Harvey



Esta mujer parece haber nacido para ser víctima de todos los errores cometidos por aquellos que, creyéndose tocados por una luz que les iluminaba, se dedicaron a destrozar países enteros con sus correspondientes habitantes. Es una mujer que sufre el destierro, la esclavitud sexual, la persecución, consecuencias que la hacen pagar por estar en medio del genocidio armenio, los horrores del nazismo y los delirios del maoísmo. A cualquier persona todo esto la hubiera destrozado, pero ya he dicho al principio que ésta es una protagonista atípica. Los horrores, las desgracias, la hacen más fuerte porque ella ha decidido no dejarse vencer. Y para conseguirlo se agarra a la vida, a la belleza que es capaz de captar incluso en esas situaciones de horror.
Ya en el prólogo se presenta ante el lector sin máscara:
"En el pasado -dice- podría haberme quejado en muchas ocasiones, pero siempre me he resistido a practicar algo que ha convertido el mundo en un coro de plañideras.
Al final, la única cosa que nos separa de los animales no es la conciencia que estúpidamente les negamos, sino esa tendencia a la autocompasión que deja a la humanidad por los suelos. ¿Cómo podemos dejarnos llevar por ella mientras recibimos la llamada de la naturaleza, del sol y de la tierra?"
Cuando apenas siendo una niña la hacen prisionera, ella se sirve de una salamandra que ha logrado coger, y que guarda en una caja para tener algo vivo cerca, porque sabe que todo lo que la rodea huele a muerte y destrucción. Y ella quiere vivir, quiere salvarse, estar por encima de cualquier circunstancia. Sabe resistir, esperar. Para ello se agarra a cualquier ser que esté vivo. Sabe que tarde o temprano llegará su turno. Y cuando llegue, ella tendrá la herramienta para hacer oir su voz: la venganza. Una venganza que, como buena cocinera que llega a ser, irá preparando a fuego lento, para luego servir en frío.
Lleva anotado en un papel los nombres de aquellos que han hecho daño a su familia y a ella misma.  Va buscándolos y buscando la ocasión de llevar a cabo su plan.
Pero es tan inteligente, o simplemente tan fría, que no permite que todo esto la obsesione hasta el punto de impedirla disfrutar de lo bueno que, de vez en cuando, la vida le otorga.
Es una superviviente. La vida para ella es un regalo, no una carga, y así nos lo hace saber:
"...mi amor por la vida fue, como siempre lo ha sido, más fuerte que todo lo demás, la tragedia que había golpeado a los míos y el miedo a morir a mi vez.
Soy como esas flores indestructibles que echan raíces en muros de cemento."
Una mujer así no podía dejar de amar y ser amada. A sus más de cien años, todavía siente atracción por los hombres, sin importarle que sean mucho más jóvenes que ella. Es una mujer que está viva en todo su ser.
Tiene siete mandamientos, cinco de los cuales son éstos:
Vivid cada día como si fuera el último.
Olvidadlo todo pero no perdonéis nada.
Vengaos los unos de los otros.
Desconfiad del amor: se sabe cómo se entra pero no cómo se sale.
No dejéis nunca nada en vuestro vaso, ni en vuestro plato, ni a vuestra espalda.

Al leer esta novela te das cuenta de lo inmaduros que somos quejándonos constantemente por tonterías, cuando hay en el mundo gente que se tiene que enfrentar a situaciones de verdadero horror. Y la fuerza de su protagonista se ve precisamente en eso, en que no se queda en la queja, o en el llanto por todo el sufrimiento que la vida le ha destinado, a los que tendría más derecho que cualquiera. Esta mujer va más allá, porque está por encima de todo eso. Es una mujer que cree en la vida y eso lo deja bien claro en los dos últimos de sus siete mandamientos y que, dicho sea de paso, son mis preferidos:
No dudéis en caminar contra corriente. Sólo los peces muertos la siguen.
Moríos vivos.


¿Van a ser capaces de no leer esta novela?

5 comentarios:

  1. "Moríos vivos" es una sabia frase y solo con dos palabras.
    Algunos seres humanos se han esforzado en convertir en infierno la vida de otros seres humanos. No son felices y no toleran que los demás lo sean.
    Y otros seres humanos tienen fuerza para resistir el infierno. Nadar contra corriente, levantarse después de ser volteado por las aspas del molino.
    Un abrazo quijotesco

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  2. La clave está en resistir, supongo. Y ser capaces de vivir por encima de las miserias que otros quieran echarnos encima. Al fín y al cabo son sus miserias no las nuestras.
    El Quijote en realidad era un rebelde con causa.
    Un abrazo compañera de camino.

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  3. Gracias por el interés y la molestia para llegar a mi blog, y por tu amable comentario. Si no te lo he dicho, me gusta mucho el tuyo y no es por devolver el piropo. Agradecida también a la persona que te lo indicó.

    Saludos

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    1. Me lo dio Angeles (Arañita Campeña).
      Gracias por tu visita y un abrazo.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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