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miércoles, 12 de marzo de 2014

BE HAPPY

"LA DANZA DEL CAMPESINO"
De Pieter The Elder Bruegel



He llegado a la conclusión de que si no soy feliz es porque no quiero. Razones para serlo, tengo de sobra, a saber: De salud ahora mismo no puedo quejarme. Vivo en un país del primer mundo. Tengo comida tres veces al día, tampoco me falta el agua. Puedo ir todavía a mi puesto de trabajo todas las mañanas. Puedo disfrutar de la lectura de libros y de prensa. Y gracias a esto, hoy tengo un motivo más para ser feliz. Sí, porque al leer el periódico "Gente" me  he encontrado con una noticia tan buena, que he pensado que debía compartir el júbilo que ésta me ha causado, con ustedes.
En la página 7 del periódico arriba mencionado de fecha del 7 al 13 de Marzo del presente año, el alcalde de nuestra ciudad declara, y copio textualmente: "Estamos contentos, porque los resultados hablan por sí mismos y son tremendamente positivos. Hemos concluido el año 2013 con un superávit de 29,7 millones de euros".
¡Yupiiii!, por fín somos millonarios. Claro que toda moneda tiene dos caras, y como decía mi abuela, la alegría en la casa del pobre dura poco. Así que si seguimos leyendo el artículo que menciono, en su cuarto párrafo se nos informa, y vuelvo a copiar textualmente: "Según los datos de Intervención General, la deuda municipal asciende a 136.127.646,39 euros, cuando al comenzar la legislatura era de 210 millones.
Si buscamos el significado de "superávit" en el Diccionario Ilustrado de la Lengua Española, una de las definiciones que nos da de esta palabra es: En la administración pública , exceso de los ingresos sobre los gastos.
Si, según nuestro poco valorado señor alcalde, en las arcas de nuestro ayuntamiento hay 29,7 millones de euros, pero se deben más de 136 millones, ¿dónde está el superávit?
En este revolotear de cifras que se me escapan estaba yo, cuando me vino a la mente un libro que leí hace tiempo y cuya lectura recomiendo: "Caterva" del escritor argentino Juan Filloy. El título alude a la multitud de personas o cosas consideradas en grupo, pero sin concierto, o de poco valor o importancia. Y de eso habla precisamente, de un grupo de personas que sobreviven en la calle. Son los homeless en versión argentina. No tienen ninguna posesión material, pero alguno de ellos goza de una mente despierta, de una lengua rápida como espada de mosquetero, que trae loco a algún que otro policía que intenta hacerles la vida imposible.
En este maravilloso libro hay filosofía, poesía, libertad en cada uno de sus carácteres, pero de lo que más hay es inteligencia.
Por el lenguaje con el que se expresan los personajes, puede resultar un poco difícil de entender al principio, pero no se agobien, sigan leyendo y verán como, de forma natural, se van acostumbrando y entendiendo todo lo que nos descubre el autor por medio de estos personajes de vida pobre, pero de ricas personalidades.
Y se preguntarán ustedes ¿qué tiene que ver este libro con lo que se ha expuesto al principio de esta entrada? Pues que, como nos explica el autor, a veces hay que encararse con el poder y recordarle que no es tan inteligente como intenta vendernos, ni nosotros el pueblo, tan estúpido, como dicho poder quisiera. Y que incluso ellos deberían dar las mentiras en dosis pequeñas, porque cuando las lanzan tan gordas, no hay quien se las trague.
El señor Filloy, con su ágil pluma, lo dice mucho mejor que yo en boca de uno de los personajes de "Caterva":
-Uno se papura por llegar a la victoria, para halago propio o admiración de los demás:nunca para apresurar la imbecilidad de encontrarse consigo mismo...
Busquen el libro en las bibliotecas, en las librerías. Pidánselo prestado a alguien que lo tenga. Pero, por favor, no se lo pierdan.

4 comentarios:

  1. Una caterva interesante la de ese libro.

    En Burgos, hay otras catervas...de políticos llenos de aire. De las malas.

    Besos, amiga paseante.

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    1. Hola Abejita:
      No sé qué pasa hoy con Internet que ésta es la cuarta vez que intento poner mi respuesta a tu mensaje, y no lo consigo. A ver si es la definitiva.
      Estoy de acuerdo contigo. Y es una lástima que sea así. La mayoría de la gente de la calle está por encima de sus representantes políticos en valores y aptitudes.
      Lo que ha hecho el autor de "Caterva" es darle voz a los que no suelen ser escuchados, unas veces porque se les ignora, otras, porque se les hace callar por la fuerza. El resultado es que sí saben hablar, y lo hacen con agilidad mental, frescura, libertad. Tienen mejor amueblada la cabeza que aquellos que les persiguen.
      Gracias por tu visita y un abrazo.

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  2. Y aunque no nos haga feliz dar estas luchas, hay que estar en ellas.

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    1. Sí, por lo menos para demostrarles que no somos tan tontos como ellos creen.
      Saludos, Pedro.

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