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domingo, 9 de febrero de 2014

FALSOS ENEMIGOS



Cada día se esfuerzan más los políticos que nos toca sufrir en hacernos ver las cosas, y sobre todo a las personas, de manera diferente a cómo son. Se empeñan en convencernos de que los emigrantes son delicuentes, y como tal se les está tratando más a menudo.
Un emigrante no es más que una persona como usted y como yo,  con la diferencia de que no tiene nada, lo ha perdido todo, debido en muchos casos al comportamiento de los políticos corruptos que hay en su país, que les ha sumido en la completa ruina. Eso le ha obligado a salir de su patria, y buscarse la vida en otro lugar. Le ha pasado a él, como nos puede pasar a usted y a mí. Porque la corrupción política también se ha globalizado.
Se empeñan en separarnos creando barreras y fronteras a veces físicas, otras, psicológicas.
Quieren crear en nuestras mentes unas diferencias que no existen. De haber algún enemigo, es el miedo que nos quieren inyectar. Y lo hacen desde diferentes ángulos.
Desde lo legal, moldean las leyes según sus intereses privados. Lo hacen con los pobres emigrantes, pero también lo hacen con los pobres autóctonos. Leo en El País de ayer, 8 de Febrero, que el gobierno español estudia las leyes contra los escraches. Copio literalmente del periódico citado:
"El ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón, llegó a decir que estudiará la legislación sobre este asunto, aunque cree que con la actual se podría condenar. Responde asi a la petición de Esperanza Aguirre, que reclama cambios legales para penar los escraches".
Así de fácil, primero te quitan la casa, luego, si decides quejarte, te apalean. Y ya tenemos un nuevo tipo de delincuente. Que la legislación vigente no lo permite, no importa. Se "moldea" la ley que corresponda, y ya está legalizado el aplastamiento de un derecho constitucional como es el de la manifestación pública. Últimamente están utilizando los "moldes" con tanta frecuencia estos señores, que más que políticos, parecen maestros pasteleros. Con la diferencia de que éstos últimos se dedican a endulzar la vida a sus semejantes, mientras que los primeros hacen más bien todo lo contrario.
Leo en el mismo artículo arriba mencionado, que la señora Sáenz de Santamaria sigue pensando que el domicilio de los políticos, donde está su familia, debe ser inviolable.
¿Sólo el de los políticos? ¿En el de los demás ciudadanos sí se puede entrar hasta la cocina,  e incluso quedarse con él?
Otro de los ángulos desde donde se trabaja para inyectar el miedo a los ciudadanos, es el personal.
A raíz de las manifestaciones que ha habido en Burgos en contra de las obras que se pretendían hacer en el barrio de Gamonal, la gente ha empezado a despertar, a querer hablar, y eso por lo visto, también se debe perseguir. En uno de los salones de ocio que una de las Cajas que hay en esta ciudad, ponen al servicio de gente, principalmente jubilada, para que puedan desarrollar actividades tales como jugar a las cartas, se les ha prohibido hablar de política, instándoles a preocuparse sólo de sus asuntos. Y yo me pregunto ¿qué asuntos son los suyos? ¿El tiempo atmósferico?
O sea, que está prohibido ser emigrante, o pobre, o persona mayor con pocos recursos, o manifestante, porque siempre habrá en algún lugar,  y si no se busca, una ley con la que le puedan perseguir. Si usted tiene la suerte de no pertenecer a ninguno de éstos grupos, ni se le ocurra acercarse a ellos a ayudarles, a apoyarles, aunque sólo sea verbalmente, porque eso le convertirá a usted en lo mismo que están intentando convertirlos a ellos, es decir, en un delincuente. Ni siquiera han sido originales en el método, pues a poca memoria que tengamos ¿no es ésto lo mismo que hicieron algunos alemanes con los judíos? Claro que siempre nos queda un recurso. El mismo que utilizan los políticos con nosotros: hacer oídos sordos de lo que dicen y, en ésto ser totalmente diferente a ellos, actuar como debemos actuar: como seres humanos. Construyamos una cadena humana de solidaridad, de caridad, de bondad hacia los que lo están pasando peor que nosotros, y al final los que se quedarán apartados serán estos insensatos que se denominan políticos, pero que no tienen ni idea de lo que su profesión significa. Un político no es más que un servidor público. Y todo su trabajo y esfuerzo, debe dirigirse a ese fín. Para ello tiene unos presupestos astronómicos que en lugar de gastar en fínes privados, deben usarlos para fínes públicos.  Luego se enfadan si la gente les insulta, y también el insulto lo penalizan. Si un ciudadano ve que un político se está quedando con lo que no es suyo, o está utilizando un dinero público para un fin privado, y el ciudadano, enfadado, como no podía estar de otro modo, decide llamarle corrupto, o ladrón al político, ésto no debería tomarse como un insulto, sino como dice un amigo mío, es más bien un diagnóstico.
Dejen ya de abusar de su poder, porque no es suyo, es de sus votantes, y los mismos que se lo han dado, se lo pueden quitar.

Leí hace tiempo que la vibración de las alas de una mariposa en un lugar de nuestro planeta,  puede ocasionar un cambio en un punto situado al otro extremo. Se acerca San Valentín, me pregungo si las vibraciones de las alas del pequeño Cupido, podrán obrar el milagro de cambiar algo en la política que estamos sufriendo en nuestro país. Si no es así,  tendremos que ir pensando en contratar otro arquero para el próximo año. Alguien, digamos, más curtido, ¿qué tal Robin Hood?

2 comentarios:

  1. Me temo que no hay milagro. Hagamos nosotros para que el efecto se extienda.

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    1. Estoy contigo, Pedro, en que es trabajo nuestro el hacer que cambie esta realidad. Pero a veces es necesario creer, sino en algún tipo de "magia" en algún tipo de equilibrio más allá de nuestro control. Eso sin dejar de tener los pies en la tierra.
      Gracias por tu comentario que me aporta una visión más terrenal.

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