Mi lista de blogs

sábado, 16 de abril de 2016

LO QUE OCULTAN LOS NUBARRONES

Siempre se ha dicho que el miedo es libre. Quien diga que no ha tenido nunca miedo a nada, no es del todo sincero. Pero de todos los miedos, el que más me llama la atención es el que en algunas ocasiones ha sentido (hemos sentido) la gente: el miedo a la felicidad. Hay personas que no pueden vivir sin un problema encima, y que cuando la vida les regala momentos de tranquilidad y satisfacción, siempre están pensando que, tarde o temprano, se les hará pagar una especie de peaje por esos buenos momentos. En el fondo, quizás sólo sea complejo de inferioridad. Ese sentimiento erosionante de no sentirse digno de las cosas buenas que otorga la vida. En ésto, la naturaleza, sabia como es, también nos enseña algo. Hace unos días estaba contemplando la lluvia tras unos cristales de una ventana que no era la mía. El cielo estaba oscuro, con ese gris cerrado que no deja pasar ni un rayo de luz. Caía agua a discreción. Y encima había viento. El agua, ya en bloque,  se dejaba llevar de un lado para otro, como si de una cortina de pequeñas perlas azotada por una corriente, se tratara.
El día estaba plomizo, triste. De repente se fue abriendo un pequeño claro. Por ahí se debió colar alguna de las ráfagas de aire, y fue apartando poco a poco la capa gris del cielo. Un rato después apareció un arco iris perfectamente formado. Y donde no había más que oscuridad, se impuso la luz. El cielo se transformó y al hacerlo, transformó también el paisaje. Quizás el secreto de la felicidad sea ése precisamente. Tener la serenidad de esperar que una corriente de aire se lleve la tristeza y el dolor que a veces nos trae la vida. Así dicho parece fácil, pero no lo es porque en esos momentos agobiantes con los que parece querer acabar con nosotros el destino, puede ser bastante complicado mantener la serenidad, o la frialdad, de esperar a que todo pase. 

"MAR Y CIELO" 
De Albert Biesrstadt

Todas estas reflexiones me han llevado mentalmente a un libro de poemas del que voy sacando, poco a poco, los pequeños tesoros que encierra. Los libros de poesía para mí siempre han sido como esos cestos de fruta, del que vas cogiendo cada día una pieza que te aporta vitaminas y te quita la sed. Ésta vez el que me está saciando ese sed es el libro "Poemas" de Andrew Marvell (1621-1678), uno de los poetas ingleses más interesantes y destacados del siglo XVll. Miembro del parlamento y tutor de altos personajes de la época, escritor satírico y poeta. Su escasa obra poética en inglés, latín y griego no alcanza reconocimiento hasta el año 1921 de la mano de T.S. Eliot, quien con sus atinados comentarios insistió en la importancia y excelencia de su poesía. 
(Este comentario sobre el poeta lo he sacado del propio libro).
Hoy la pieza que he elegido es un poema titulado: "Ojos y Lágrimas", del que copio textualmente alguno de sus versos:
4
Las más hermosas galas de este mundo,
sin olvidar siquiera nuestras risas,
acaban siendo lágrimas: las joyas
a las que damos más valor se funden
en eso medallones de los ojos.

5
He visto toda clase de jardines
que comprendían todos los colores, 
el rojo, el blanco, el verde, y sin embargo
de tan inmensa variedad de flores
sólo se hacía miel de esos dos lágrimas.

6
El sol que sin cesar todo lo ve
destila por alquimia el universo,
pero para encontrar la quintaesencia
está sólo la lluvia, que devuelve
al verterse sus dones compasivos.

(Andrew Marvell)

Pues éso, que la vida nos da constantemente una de cal y otra de arena. Que es cuestión de exprimir al máximo los buenos momentos, sin sentirse culpable por poder disfrutarlos. Y apechugar con los malos, intentando torearlos lo mejor posible, para evitar cornadas mortales. Ahora, para poder ser del todo coherente, sólo me toca empezar a poner en práctica estos consejos que me atrevo a dar a los demás. 
¿Les apetece intentar buscar conmigo el arco iris que se oculta detrás de los nubarrones?


10 comentarios:

  1. Qué cierto: miedo a la felicidad. Recuerdo una escena de Calle Mayor en que la protagonista lo expresaba con precisión.
    Miedo a la felicidad, a la libertad... Miedos que atan.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Últimamente parece que estamos más entrenados para la tensión y el temor, quizás por eso cuando las cosas están calmadas, no sabemos relajarnos. Hay que empezar a re-aprender a ser feliz.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Me pongo a la tarea de descubrir el arco iris detrás de los nubarrones.
    Suelo descubrirlo. No siempre.
    Besos amiga caminante

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo bueno que tiene el arco iris es que no necesita de esfuerzos, él aparece como un regalo, y lo llena todo de sus tonos pasteles.
      Un abrazo, amiga de caminos.

      Eliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  4. A veces aparece. A veces hay que buscarlo.

    ResponderEliminar
  5. (No sé si mi mensaje llegará. Lo he intentado varias veces y ni por esas. Lo que más abajo va debería ir en los comentarios del artículo Mimetizándome)

    Con permiso: Formidable artículo, como la mayoría de los que escribes. Formidablemente humano. Ahí va este homenaje a tus escritos. Lo de la rima permanente es pura vagancia mía (por no buscar otra, teniendo a mano la anterior; ¿empalaga?)

    Sin duda es la mayor cima del ser humano: vivirse el hombre con la naturaleza. Aunque la letra engaña y dicho así parece que hay dos unidades, cuando en esa cima solo debe haber una: ser. Quien suba hasta esa cima, que goce el panorama.

    Hierba y rama en hilván, tu voz, molino
    que acosa alarmas, bóvedas abiertas
    a tierra y luz, distancias encubiertas,
    el hombre allá y más acá, inquilino

    de ti, Dorca´s Library, peregrino
    hacia ti, tus palabras, en reyertas
    con artes, la belleza, tus compuertas
    que en armonía vierten alba y trino.

    Siempre hay un fondo, ¿dónde?, y un camino
    vivo en las líneas, para que conviertas
    sal, hombre y mundo en cielo en remolino.

    Y siempre hay un viaje clandestino
    por letras, por espacios, por cubiertas,
    que no se ven y son,
    como el destino.

    Fermín Heredero

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fermín, menudo regalazo que me has hecho con ese poema. No sabía que seguías mi blog, pero me has dado una gran alegría. Cada visita que recibo es un regalo para mí.
      Tengo varios libros tuyos gracias a unos amigos que me descubrieron tu poesía, y desde entonces estoy un poco enganchada a ella. Siempre me ha gustado la comunión que tienes con la naturaleza.
      Me hizo gracia que uno de tus libros se lo dedicas a una mujer que tiene mi mismo nombre.
      Según comentas te ha costado dejar el mensaje. Si lo dejas en Dorca´s Library es muy difícil. Ese blog lo abrí en un principio pero no lo hice bien, y tuve que repetir todo el proceso. La segunda vez lo hice con el nombre de "La Biblioteca de Dorcas", que es el blog actual.
      Voy a imprimir tu poema y lo voy a guardar como un tesoro.
      Gracias por tu visita y recibe un abrazo.

      Eliminar
    2. Se me olvidaba decirte que la rima permanente a mí no me empalaga nada. Me parece, muy en contra de lo que piensan algunos,que tiene bastante más dificultad que el verso libre.

      Eliminar