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lunes, 11 de mayo de 2015

DEFECACIONES POLÍTICAS

Estamos en primavera, la estación en la que crece la hierba fresca en el campo. Los capullos se convierten en bellas flores, mostrando sus más preciosos colores. La naturaleza toda, parece querer mostrarnos su mejor perfil. Pero no sólo la naturaleza, nuestros representantes políticos se han contagiado de ese espíritu primaveral, hasta el punto de que algunos de ellos han decidido hacerse un estiramiento facial, como si su cara no fuera ya suficientemente grande. Todos se han vestido con su mejor imagen, sus perfectas sonrisas y ¡hala! a hacer kilómetros. ¡Es tiempo de elecciones!. Se asfaltan calles que no lo necesitan, pero como están en el centro, hay que hacerlo para que se vea que se está trabajando por la ciudad. Se ponen contenedores nuevos. Se estrenan nuevos autobuses públicos. Que se vea que lo políticos piensan en el pueblo.
Repiten hasta la saciedad lo importante que es para ellos la defensa de los Servicios Sociales. Y, con el único fin de mejorarlos, se reducen el tiempo y el personal de servicio. Vamos, lo de siempre, de espaldas a todo y a todos. Por eso no captan la realidad. En el zenit de, no sé, si llamalo  ironía, ceguera, o simple estupidez, los hay que incluso dicen que la crisis ya no existe, que está totalmente superada. A esos políticos de vista fina, les invito a que, por una vez en su vida, se suban a un autobús público, (aprovechen que ahora están nuevecitos), y recorran, por ejemplo, toda la Avenida del Cid, o toda la calle Vitoria de ésta nuestra ciudad de Burgos. Y vayan viendo, y contando, uno a uno, todos los locales, todos los comercios que han dejado de funcionar, que están cerrados. Cerrados no precisamente por exceso de ventas. Ése es un buen termómetro para medir la temperatura de nuestra situación económica. Y a esos pequeños comerciantes el Ayuntamiento no les ha ayudado con ninguna donación económica, será porque no se han quemado, aunque sus propietarios siguen echando humo de indignación por la situación sufrida.
Y luego está la defensa de la Educación y la Sanidad Públicas. Que cuidan a base de recortes, cuando no de controles, que dan vergüenza ajena. Porque para eso de controlar los presupuestos destinados a cosas necesarias, tienen un especial don. ¿Sabían ustedes que nuestros políticos llegan a controlar hasta nuestras necesidades fisiológicas? Se lo voy a contar, y disculpen que me ponga un poco escatológica. Suponga que usted tiene la desgracia de sufrir una enfermedad que le obliga a estar en cama, sin poder ir, ni al baño. Lógicamente para hacer sus necesidades necesitará unos pañales. Supuestamente esos pañales deberían ser abonados por la Seguridad Social, y así ocurría hasta hace un tiempo. Ahora quien le dice a usted los pañales que debe usar diariamente es la Inspección de Sanidad. Y como los pañales son un artículo de primerísima necesidad, es ahí donde más ahorran.
Usted ahora se estará preguntando ¿y cómo puede saber un Inspector de Sanidad cuántos pañales necesita cada ciudadano? Pues ahí está la gracia, que no lo sabe. Así que hacen uno de esos cálculos retorcidos que ellos suelen hacer, y deciden calcular una "media". Claro que no cuentan con que hay ciudadanos que pueden miccionar y/o defecar una o dos vesces al día, mientras que otros necesitarán hacerlo cuatro, o cinco veces.  Como tampoco cuentan con que hay ciudadanos que pesan cuarenta kilos, por poner un ejemplo, y otros que doblan ese peso. Por lo tanto, ni la cantidad, ni la talla de los pañales van a ser los mismos para unos que para otros. Pero eso, a los cerebros que rigen nuestra política actual y, por lo visto, también los actos más íntimos de nuestras vidas, no les importa. Si dicen que una persona que usa un pañal talla XXL, sólo necesita 80 pañales cada 40 días,  es decir dos al día, pues ya sabe, se aguanten aquellos que necesiten más. O los pagan de su bolsillo, o se vayan a cagar a la vía.
Esta situación me recuerda una noticia que leí en la prensa hace ya un tiempo. En un país de Latinoamérica, que siento no poder dar el nombre, porque no lo recuerdo,  uno de sus dirigentes políticos decidió que se retirara la venta de papel higiénico de todos los supermercados y centros comerciales. No se sabe si la medida se tomó para presionar al ya bastante machacado pueblo, o si lo hizo como simple estrategia para desviar la atención del ciudadano hacia ese hecho tan insólito, y evitar así que se fijara en otros desmanes de más importancia, que el susodicho político, igualmente estaba realizando. Lo que pareció a priori una decisión sin trascendencia, no lo fue tanto, pues se apoderó de la ciudadania una especie de pánico al ver que no tenían con qué limpiarse el trasero.

Retrete Antiguo
(Imagen sacada de Internet)


Pensándolo bien, van a tener razón los de Inspección de Sanidad al exigir que no se abuse de los absorventes.  Viendo el panorama político, es posible que no haya suficientes pañales para tanta mierda.

2 comentarios:

  1. Los políticos viven en otra galaxia, qué van a saber ellos de pañales o de tiendas cerradas. Estoy desando que acabe el ruido electoral, el tachán tachánLtachantatachán , los coches de colores, los cartelones,,los caramelitos, la oficina esa en Laín Calvo. Grrrrrrrr.
    Besos, amiga caminante.

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    1. No sabes lo que me alegra recibir tu comentario, Ya estaba pensando que, quizás, me había pasado un poco con el lenguaje escatológico. Pero por otra parte, pienso que a veces hay que llamar a las cosas por su nombre.
      Y lo bien que has explicado el teatrillo pre-electoral.
      Gracias, y recibe un abrazo grande.

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