Cuando le comenté a un conocido la película que iba a ir a ver el sábado pasado, me dijo que él hacía tiempo que no iba a ver cine realista, que había descubierto hacía poco el cine fantástico, y le parecía genial. ¿Para qué iba a pagar una entrada por ver cosas que ya tenía diariamente a su alrededor? Bien mirado, el hombre tenía razón. Pero sólo en parte. Porque, como le dije, de vez en cuando es bueno recordarse que en la vida no todo es mágico, que hay miseria, que hay dolor. Y como vamos tan ciegos por la vida, a veces, necesitamos verlo en pantalla grande. La película de la que le estaba hablando era "Samba", producción francesa, dirigida por Olivier Nakache y Eric Toledano, y protagonizada por Omar Sy, Charlotte Gainsbourg, Tahar Rahim, (genial en su interpretación), e Izia Higelin, entre otros, además de un elenco de magníficos actores secundarios. En ella se nos relata la historia de un emigrante africano, sin papeles, que sobrevive como puede en Francia, consiguiendo de vez en cuando algún que otro trabajo mal remunerado. La falta de documentación le obliga a vivir haciéndose el invisible. Pero no lo consigue, claro. Más que nada porque en su mismo camino hay otras personas como él. Y cuando digo como él, me refiero a personas a las que un sistema político-económico que parece más una mina anti-personas, ha dejado también en la cuneta. Como Wilson que siendo árabe, se hace pasar por brasileño, para tener más suerte a la hora de encontrar trabajo o para conquistar a las chicas.Y también me refiero a esas otras personas que ese mismo sistema político-económico, engullidor de almas, han llevado al borde de la locura. Y es precisamente en la cuneta de la delgada frontera entre la cordura y la falta de ella, donde una mujer, Alice, que sin tener nada que ver con el hombre venido de África, entre otras cosas porque pertenece a un estatus social muy por encima del suyo, parece estar esperándole. Pero no se equivoquen, con todo el peso que este encuentro tiene en la historia, no es el eje principal, al menos según yo lo veo. De lo que realmente habla esta película es de que da igual lo ricos, listos, o guapos que creamos ser. O lo bien preparados que creamos estar, si los que manejan todo este engranaje de destrucción masiva se encaprichan con nosotros, porque en ese caso, estamos perdidos.
¿Recuerdan ustedes el famoso eslogan que en su día un "iluminado" sacó a la calle, como respuesta a las continuas protestas de muchos jóvenes que estaban en contra de la guerra, negándose a contestar a la llamada a filas? Sí, hombre, ése que decía algo así como: "A ti no te interesa el ejército, pero al ejército le interesas tú". Pues seguimos en las mismas. Los personajes de la historia que nos ocupa no quieren formar parte de un sistema que no piensa ni en ellos, ni en cualquiera que tenga el menor atisbo de humanidad, pero da igual. Resulta que el sistema sí los quiere a ellos. Quiere hasta sus almas. Así que les va acorralando con reglas sociales, que parecen más bien lo contrario. Con exigencias cada vez más asfixiantes. Y a la vez que se les exige cada vez más, se les va poniendo cada vez más zancadillas: Que quieren encontrar un trabajo honrado, vale, no hay problema, siempre y cuando tengan un montón de papeles que les permitan acceder a dicho trabajo. Pero resulta que los papeles cuestan dinero, y encima hay que comer todos los días. Y en lugar de facilitarles el acceso a esa documentación, que a su vez les facilitaría el trabajo, que les daría el dinero necesario para que pudieran vivir decentemente, se les va poniendo trampa tras trampa, hasta conseguir que se agoten, o mueran en el intento.
Que quieren cumplir las máximas expectativas en su estupendo trabajo, como es el caso de Alice, no hay problema, puede intentarlo. Otra cosa es que se lo consientan. Se le pone horarios interminables, se le exige cuotas de producción imposibles de alcanzar, y así hasta romperla, literalmente.
De lo que habla esta película es de que todos podemos ser tratados como emigrantes, (si no vaya usted un poco más allá de nuestras fronteras y diga que es español, verá qué risa). O como indocumentados. A mí me pasó no hace mucho, que cuando murió mi padre tuve que arreglar papeles, y aquello parecía interminable. Durante semanas llevé una cartera llena de documentos de un organismo a otro. Tanto tiempo la estuve llevando encima, que ya parecía una prótesis adherida a mi mano. Y eso que estaba en mi país.
El verdadero mensaje de esta película es que no debemos apartarnos de nadie por el hecho de que sea de otra nacionalidad, raza o creencia, porque cuanto más nos dividamos, más débiles nos haremos. Debemos juntarnos, mezclarnos unos con otros, porque de la mezcla saldremos más fuertes y algo más sabios. Lo que nos dice esta película es que nunca debemos dejar de vernos y de ver al otro como lo que todos somos: seres humanos con una dignidad, una fuerza y un valor, que ningún político, estratega o tecnócrata, puede ni negarnos, ni quitarnos, si nosotros no se lo consentimos.
Debemos estar unidos en el dolor para que éste se empequeñezca. Y compatir los momentos de alegría para que ésta se haga más y más grande.
Alguien me dijo una vez que la vida era como una bonita melodía, que no necesitaba que nadie la analizara o midiese. Lo único que había que hacer era dejarse llevar por ella, disfrutarla. Así que ya saben, a los que nos quieren dividir, incluso enfrentar, a los que nos quieren ver tristes y derrumbados, demósles ¡Saaamba!
Vi la peli recientemente y me gustó, pero me decepcionó a partes iguales. Como producto cultural, artístico o de entretenimiento, me parece un buen producto, pero el planteamiento es, a veces, un tanto pueril y almibarado. Como dices. en la vida no todo es mágico y en algunos momentos del film parece que sus creadores lo olvidan. En cualquier cado, estoy básicamente de acuerdo en cuanto planteas en tu entrada y sibre todo en que hemos de "ver al otro como lo que todos somos: seres humanos con una dignidad, una fuerza y un valor, que ningún político, estratega o tecnócrata, puede ni negarnos, ni quitarnos, si nosotros no se lo consentimos".
ResponderEliminarSaludos!
Es verdad que esta película puede parecer un producto de entretenimiento y que como dices, resultar un tanto almibarado, pero tiene momentos interesantes, en los que plantea los problemas que un sistema injusto causa a una parte de la población de este planeta. Si lo plantea sin dejar atrás el sentido del humor y el romanticismo, y con ello consigue que vaya a verla más gente, creo que puede ser positivo. La denuncia contra la injusticia social está ahí,(prefiero no detallar escenas para no desvelar el argumento a la gente que pueda estar interesada en verla), para quien la quiera ver, y eso es lo importante.
EliminarSaludos.
Samba, la vi hace poquito y salí contenta del cine. La realidad es algo distinta a como la presentan, pero...para eso es el cine, no? Para que la realidad y la ficción se encuentren de cuando en cuando.
ResponderEliminarLo que más me gustó fue el intercambio de necesidades....ambos tienen distintas...y ambos se encuentran. Esta parte también tiene bastante de ficción... en la vida real no suele ser así. Hay matices que son ciertos, pero no todos.
¡¡Qué bien salir del cine y poder gritar un nombre que incite a bailar!!
Yo suelo comparar las películas con las lechugas,que están rodeadas de hojas desechables. Lo importante está en el cogollo.
EliminarCada uno puede sacar su propia conclusión. Y si a la salida hay oportunidad de intercambiar opiniones con los amigos, mucho mejor.
Saludos.
A mí, al contrario que a tu amigo, cada vez me gusta más el cine realista y menos el fantástico.
ResponderEliminarEl cine realista es necesario porque sirve de denuncia contra todo lo que se está haciendo mal, que es mucho. El fantástico también porque aporta la magia necesaria para hacer menos cruda la realidad. Si concluyen ambos estilos en una misma película, y están bien mezclados, puede ser magnífico. Todavía tengo grabada en la retina la película de Guillermo del Toro: "El Laberinto del Fauno". Otra que te recomendaría es:"El Corazón del Guerrero", no recuerdo el nombre del director. Estaba protagonizada, entre otros, por Neus Asensi. Entre guerreros venidos de otros mundos y situaciones fantásticas, tiene una clara denuncia contra la corrupción en la política. Sorpresas da el cine...
EliminarSiento no poder darte más datos.Tiene ya unos añitos, pero es de rabiosa actualidad.
Saludos, Pedro.