"EL RATÓN DE BIBLIOTECA"
De Carl Spitzweg (1850)
En el periódico El País del sábado 29 de Marzo, Manuel Rivas comentaba el libro de Pierre Ménard "Veinte Buenas Razones para Dejar de Leer". Según iba leyendo las ideas que en dicho libro plasmaba su autor, pensaba que ha debido de tener una muy mala experiencia como lector, para hablar como habla de ellos. A la vez que avanzaba por sus rotundas declaraciones, me iban viniendo a la memoria unos cuantos libros que yo había leído, y con los que había disfrutado muchísimo. Y fue entonces cuando se me ocurrió hacer un juego de palabras, mejor dicho, de opiniones, rebatiendo cada uno de los argumentos que recogía de este autor Manuel Rivas en su artículo, con otros argumentos que defendían una postura totalmente contraria, que encontré en alguno de esos libros que tanto me habían gustado.Y me quedó así más o menos:
En el libro de Pierre Ménar, se demuestra que leer causa miopía, insomnio, pereza, esnobismo, soledad, locura, tristeza, e incluso mata.
Efectivamente "tienen su destino los libros": el compromiso de la inteligencia y la amistad de quien los cuida, de quien los mira, de quien los lee. La lectura, los libros, la experiencia y el tiempo que en ellos reposa, el arte y sus ideales, el cultivo de la inteligencia, el amor a la vida, a toda la vida, y no solo a la nuestra, tal vez sean la única posibilidad de escapar a la ignorancia y a la "cólera de los imbéciles". (Sacado de: "Los Libros y la Libertad" de Emilio Lledó)
Del libro de Pierre Ménard: Leer es reaccionario, leer es inútil, leer es un fastidio, y leer es cosa de mujeres.
Intento tratar a los libros como ellos me tratan a mí, es decir, de hombre a hombre.
Los libros son personas, o no son nada. (...)
En cuanto se quiere encontrar una utilidad utilitaria a la literatura se la ve languidecer, encogerse y perecer. Una librería es ese lugar gratuito y perfecto que no puede servir para nada.
(Extracto de "El amante de las Librerías" de Claude Roy, que aparece al final del 5º Capítulo del libro:"Librerías" de Jorge Carrión)
Pierre Ménard termina la declaración anterior con una frase de Paul Valéry: "Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, las bestias, el tiempo... y su propio contenido"
Como lo han sabido siglos de dictadores, una multitud analfabeta es más fácil de gobernar; dado que el arte de leer no puede desaprenderse una vez que se ha adquirido, el segundo mejor recurso es limitar su amplitud. Por consiguiente, los libros, más que ninguna otra creación humana, han sido la perdición de las dictaduras. El poder absoluto requiere que toda lectura sea lectura oficial; en lugar de bibliotecas completas, con todas las opiniones, la palabra del gobernante debe bastar. Los libros, escribió Voltaire en un panfleto satírico titulado Del terrible peligro de la lectura, <disipan la ignorancia, que es custodia y salvaguarda de los Estados bien gobernados>.
(Sacado de "Una Historia de la Lectura" de Alberto Manguel)
Que cada uno escoja las ideas que desee. La única manera de poder elegir entre dos opiniones contrarias, es tener ambas frente a frente. Espero que les haya interesado un poquito mi "experimento". Si no es así, por lo menos que sirva para despertar curiosidades lectoras y busquen los autores y los libros mencionados, o cualquier otro.
Si quieren saber mi opinión sobre lo que el señor Ménard dice, creo que puede tener algo de razón. Por eso he decidido no comprar ni un libro... suyo. Pienso que alguien que demuestra tan poca estima por los libros, no merece cobrar ni un céntimo de euro de derechos de autor.
Para dejar esta entrada con algo bello. Finalizo con este extracto del libro: "Leer o no Leer y Otros Escritos" de Virginia Woolf:
Pero ese placer -aunque sea misterioso, desconocido e inútil- es suficiente. Ese placer es tan curioso, tan complejo, tan inmensamente fecundo para la mente de cualquiera que lo disfrute y tan copioso en sus efectos que no resultaría en absoluto sorprendente descubrir el día del juicio, cuando los secretos se revelen y lo oscuro se haga claro, que la razón por la que hemos pasado de ser cerdos a hombres y mujeres, por la que hemos salido de las cuevas y soltado los arcos y las flechas, por la que nos hemos sentado alrededor del fuego para charlar, beber y pasarlo bien, por la que hemos dado a los pobres y ayudado a los enfermos, por la que hemos construido casas y aceras, y por la que hemos levantado algún tipo de refugio y sociedad sobre la tierra yerma no es otra sino ésta: hemos amado la lectura.
Ellos se lo pierden, los que no leen.
ResponderEliminarYo siempre digo que la soledad de los libros no es para todos. Afortunados sean los que saben vivir esa soledad que es compañía.
Enfermedades, ninguna. Y hay miopes que no leen.
Besos, amiga caminante.
Me encantan tus comentarios, Abejita. Das un mensaje claro con pocas palabras.
ResponderEliminarTú y yo sabemos el bien que hacen los libros. La lectura no se debe presentar como un deber, como mucho, puedes aconsejarla. Tampoco puedes impedirla. La lectura, como cualquier actividad que tenga que ver con el descubrimiento del conocimiento o la belleza, hay que descubrirla poco a poco por uno mismo.
¡Y qué placer cuando lo haces!.
Gracias por estar ahí. Un abrazo.