Mi lista de blogs

miércoles, 4 de octubre de 2017

EN BLANCO Y NEGRO

Mi árbol el áloe
mi flor la cáscara del cactus
mi río no hay
en mi país
mi universo basalto en el desierto
mi entorno camélidos
mi arma el puñal
mi sombra es rectilínea 
la supervivencia es mi obra
esencial
mi paisaje el horizonte inmutable
el polvo levantado por
las suelas en cuero de carnero
el territorio siempre 
delante de mí 
mi guía el desierto
mi libro el cielo cada noche
recobrado
mi palabra cada piedra
cada sílex
mi sueño siempre el mismo:
el nómada engendrado
en la más estricta economía...
"Pequeño Discurso a la Manera de Edmond Jabes"
de Mazisi Kunene
(Sacado del libro de Poemas "Voces Africanas"



Fotografía de Sebastiao Salgado
(Imagen sacada de Internet)

Hace no mucho estuve viendo la exposición  "Génesis" de Sebastiao Salgado, fotógrafo nacido en Aymorés (Minas Gerais- Brasil) Una de las cosas que más me sorprendió de este fotógrafo fue la manera de captar las dunas. En sus fotografías la arena es un personaje más, a veces el verdadero protagonista. El blanco no es blanco del todo, el negro tampoco. Ambos colores parecen ir transformándose por la luz o por la sombra en un abanico de grises. Como si de  una metáfora de la vida se tratara, nada es del todo de un sólo color. 
En la fotografía que encabeza esta entrada,  hay un hombre sentado en la arena, frente a él, el desierto. Un grano frente a la inmensidad. Las formas que el viento y el calor han tallado en la arena parecen hacerla etérea. Surcos que esconden sombras. Al fondo sin embargo, todo parece luz. 
El hombre no está sólo, le acompaña el silencio. Alguien le ha dejado sus huellas, quizá para marcarle el camino, tal vez sólo para recordarle que el recorrido empieza con un primer paso. Al hombre le acompaña también su propia sombra. El blanco de su turbante quiere competir con la blancura de la arena, pero ésta es tan inmensa, que lo convierte en apenas un puntito. Quizá es éso lo que intenta decirnos este artista de la imagen con esta fotografía, que sólo somos éso, un puntito en mitad de la nada. 
Muchos de los que han estado en el desierto dicen haber vuelto transformados. El silencio hace que el "yo" se interiorice primero y salga después para  fundirse en ese paisaje de claroscuros. Aunque hay quien asegura que en el desierto no todo es silencio, que hay voces.  Tal vez sean las voces del interior que en cualquier otro lugar lleno de gente y ruido no se atreven a hacerse sentir. Hay mensajes que sólo pueden recibirse en plena soledad. 
En las fotografías de Sebastiao Salgado a veces la arena, en su movimiento, parece transformarse en agua y las olas, en su quietud,  se convierten en imágenes de arena. En las fotografías de este artista las personas, los animales, su mirada, se cristaliza, se clava en quien los contempla y le atrapan.
Una de mis fotografías preferidas es ésta que he colocado a continuación:


 
                                                   Fotografía de Sebastiao Salgado
                                                     (Imagen sacada de Internet)

Un joven sentado en una silla hecha con ramas de un árbol. Su estampa parece la de un príncipe, Apenas un par de adornos, uno en su cuello, otro en su muñeca. Su espalda completamente recta. Parte de su cuerpo está desnudo y muestra una piel tersa, brillante. Sus facciones son muy marcadas. Ojos grandes, mirada penetrante. Nariz ancha, labios prominentes. Sus brazos son largos, lo que nos indica que el joven es de una cierta altura. Pero lo que más me llama la atención son sus manos. Dedos largos, delgados. Sus uñas parecen haber absorbido parte de la blancura de la tela con la que se viste. A su derecha, hay un símbolo grabado en la pared, me pregunto si tendrá algún significado.  Pero mi mirada apenas se ha detenido en éso, vuelve una y otra vez a sus manos, a sus ojos. Su belleza, la armonía de su estampa, lo convierten en un dios de ébano.
Cuando contemplas las fotografías de Sebastiao Salgado captas imágenes, sensaciones, miradas. Y si te detienes en la contemplación, puedes llegar a atisbar los ojos del artista.




4 comentarios:

  1. Qué maravillosas fotografías.
    Esa debería ser nuestra patria...

    ResponderEliminar
  2. Este artista da tanto cuerpo a las imágenes que capta, que parecen en 3D.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. No debe ser fácil atrapar el movimiento como hace ese fotógrafo. Una exposición de las de lujo.
    Besos, amiga caminante.

    ResponderEliminar
  4. El movimiento, la luz, la sombra. Da un relieve diferente a todas las imágenes que capta.
    Un abrazo, amiga de caminos.

    ResponderEliminar